Te presentamos a las Viudas Alegres, una sociedad secreta de damas respetables... con ciertas ideas escandalosas...

Con una buena posición y la vida resuelta, ninguna de las cinco amigas que conforman las Viudas Alegres necesita casarse de nuevo. Pero no tienen la menor intención de renunciar a la pasión física durante el resto de sus vidas. De modo que hacen un pacto: cada una pensará tomar un amante por puro placer.

Marianne Nesbitt adoraba a su difunto esposo David, pero los picantes recuerdos de las otras viudas hacen que se pregunte si no se perdió algo especial. ¿Podría encontrarlo ahora mediante una aventura amorosa? Insegura de cómo hacerlo, le pide a Adam Cazenove, un viejo amigo y célebre granuja, que sea su tutor en el arte de la seducción.

La osada petición pone patas arriba el mundo de Adam. Jamás imaginó que la recatada y muy atractiva viuda de su mejor amigo buscara un amante. De no ser por su reciente compromiso, recibiría con entusiasmo la posibilidad de calentar su cama. Dado que no soporta pensar que otro hombre lo haga, se dedica a frustrar todo intento de seducción por parte de Marianne. Hasta que una noche de espontánea pasión lo cambia todo...

Cuando las Viudas Alegres deciden buscar un amante Marianne no está segura de querer uno, pero al oír las conversaciones de las demás sobre la pasión que experimentaban ellas con sus maridos descubre que a pesar de haber amado mucho a su esposo, su matrimonio no fue tan perfecto como ella había pensado.

Marianne ya no es una debutante ingenua pero sigue siendo joven y muy bella. Desde que descubre que con su marido nunca disfrutó de la pasión como lo habían hecho sus amigas está decidida a experimentarlo aunque solo sea una vez. Para ello le pide ayuda a Adam.

Adam acaba de comprometerse cuando Marianne le cuenta que ha decidido buscar un amante y le pide ayuda para encontrar al indicado. Cierto que ella era la esposa de su mejor amigo pero con el tiempo ella se ha convertido en su mejor amiga y es una mujer libre para relacionarse con cualquier otro hombre, así que no debería estar tan trastornado. Pero Adam no puede evitar ahuyentar a cualquier posible candidato.

Adam es un vividor, tiene experiencia con las mujeres pero ahora ha decidido sentar la cabeza y casarse con Clarissa. Cuando Marianne le comunica su decisión queda sorprendido, no pensaba que buscase un amante, lamenta no haberlo sabido antes de comprometerse. No le hace ninguna gracia tener que ayudarla a encontrar a un hombre apropiado y se sorprende a si mismo frustrando los intentos de Marianne con cualquier caballero, se dice a si mismo que no la merecen y que lo hace por David pero lo cierto es que está más pendiente de Marianne que de Clarissa.

También conocemos al resto de las Viudas Alegres: Wilhelmina y Penélope, las más instruidas en las artes de la seducción; Beatrice, que también decide buscar un amante; y Grace, que no está de acuerdo con el pacto pero las apoya. Cada una tiene sus ideas pero por encima de todo son amigas y confidentes.

Y conocemos indirectamente a David Nesbitt, el marido de Marianne, sabemos cómo lo veía la sociedad y cómo lo veía Adam, como un hombre perfecto y afortunado. Pero Marianne sabe que no era perfecto, que era humano y tenía sus defectos aún cuando se habían amado tanto el uno al otro. A través de los personajes vemos que era un buen hombre pero también le vemos como una sombra entre Marianne y Adam.

Me ha gustado mucho este libro, tiene todos los ingredientes que necesito en un libro: dos buenos protagonistas, situaciones divertidas, humor, amistad y un argumento interesante. Lo mejor ha sido la descripción de la amistad entre Marianne y Adam, cuando él se reúne con ella por las noches saltando desde un balcón al otro, y juntos beben y conversan sobre todo, algo que escandalizaría a Londres. Él no quiere que tenga un amante indigno de ella y Marianne cree que Clarissa no le conviene a Adam. Me ha parecido muy bonito como esa amistad en el fondo albergaba otras ilusiones y esperanzas ocultas y éstas van saliendo a la superficie.

Este es uno de esos libros en los que lo que me ha animado a leerlo es el argumento. Tiene situaciones divertidas que dan pie a algunas confusiones, como las diferentes estrategias de Adam para alejar a los pretendientes de Marianne. Además es un libro fácil de leer, no le sobra ni una página, la única pega que le pondría es que me gustaría que hubiese tenido un epílogo. Pero me ha dejado muy buen sabor de boca y con ganas de seguir las historias del resto de las viudas y me encantaría saber cómo les va a Marianne y Adam más adelante. En definitiva, me ha encantado.