3 Estrellitas. Echaba de menos a mi señora Balogh, y ya que las editoriales españolas nos la tienen olvidada, no cejo en mi empeño de seguir leyéndola por mi cuenta.

Esta vez he estrenado el año con una de sus novelas viejillas, "Courting Julia", el primer libro de la trilogía Sullivan. Publicado en 1993 por la editorial Signet, que ahora equivaldría (más o menos) a lo que es Harlequin Internacional. Libros cortos, sencillos, más bien blanquitos, pero que entretienen.

"Courting Julia" nos lleva a la campiña inglesa, donde Julia Maynard es una joven huérfana a la que crió con toda la pompa y comodidad el conde de Beaconswood, el padre de su madrastra. Julia ha sido criada como una dama y fue amada por el conde como si este hubiese sido su propio abuelo. Pero el anciano está muy frágil y enfermo y quiere que Julia se case, pero a la vez, sabe que Julia jamás será feliz lejos de Primrose Park, la mansión campestre del conde, que no está vinculada al título.

En Primrose Park, Julia ha sido completamente feliz, sobre todo en aquellos veranos en que venían los sobrinos del viejo conde, para ella como si hubiesen sido sus propios primos, pero algunos fueron cambiando con el transcurrir de los años, sobre todo Daniel, el sobrino y heredero del conde.

Una vez muerto el conde de Beaconswood, toda la familia acude al funeral y a la lectura del testamento. Todos piensan que Primrose Park va a ser para Julia, pero el viejo conde tenía un as guardado bajo la manga. Julia ha disfrutado de varias temporadas en Londres, y aunque tenía una generosa dote, no ha logrado ni enamorarse, ni casarse, y el viejo conde no estaba dispuesto a que Julia estuviese sola y sin un marido protector. De modo que dispuso en su testamento que Primrose Park sería para uno de los cinco sobrinos que tiene en edad casadera, si en el período de un mes desde la lectura del testamento, consigue prometerse con Julia.

Así que Julia tiene un mes para decidirse entre uno de sus cinco pretendientes. Si pasado el mes, no consigue prometerse, Julia irá a vivir al norte con unos parientes de su padre, y Primrose Park será donado a una sociedad benéfica.

De modo que ahí es donde empieza la caza, entre los cinco primos se hallan los hermanos Frederick y Lesley, pero Frederick es un granuja despilfarrador y Lesley un memo. También se halla el tímido Malcolm, y el alegre Augustus, pero este último es el mejor amigo de Julia y además de su edad, y nadie de la familia cree apropiado que se casen. Y por último, se encuentra Daniel, el nuevo conde de Beaconswood.

El problema es que Daniel tiene el ojo echado en una señorita de Londres para convertirla en su condesa, y por otro lado, nunca, jamás de los jamases, se habría replanteado casarse con Julia. Daniel perdió pronto a su padre, un hombre despilfarrador y sin escrúpulos, y desde muy joven se convirtió en un hombre serio y responsable para quien la rectitud y el orgullo lo han sido todo para el buen nombre de su familia. Daniel siempre ha pensado que Julia es una criatura vulgar y escandalosa, en los últimos años no han tenido trato, y cuando lo ha habido siempre acaban discutiendo porque a sus ojos Julia siempre hace algo mal.

Este es el planteamiento del libro y realmente se hace entretenido como todos los primos (excepto Daniel) intentan acercarse a Julia e intentar cortejarla en ese mes para poder ganarse Primrose Park, pero no será sencillo. Julia sí quiere casarse, pero quiere casarse por amor, y ninguno de esos primos cumple ese requisito, sabe que sería una buena esposa y que cualquiera de los primos se desviviría por hacerla feliz, pero para ella no es suficiente.

En ese mes pasarán muchas cosas, hasta que ese estallido entre Julia y Daniel se convierta en algo más, y ¿cómo pasarán de odiarse a enamorarse? a mi juicio, demasiado rápido y abrupto, y es lo que me ha fallado. No he entendido en ningún momento cuando se enamora uno de otro. Sí, la línea entre el amor y el odio es muy delgada, pero Julia y Daniel pasan de estar discutiendo a besarse y de ahí a darse cuenta de que son el uno para el otro pero muy al final de la historia.

El libro en el fondo está bien, funciona, la historia está bien planteada y la triquiñuela del testamento está bien pensada, pero aquí no he encontrado a mi señora Balogh de toda la vida. Será porque es bastante viejillo, pero no me atrevo a decir que es de los primeros, porque no lo es. O quizás porque a mis ojos me ha resultado muy harlequinero, a la vez que blanco, sí; aquí no encontraréis escenas de sexo, es todo muy austeniano y correcto, según el estilo Balogh.

En el fondo me ha gustado, pero no es de sus mejores obras. Lo que sí es cierto, es que los primos me han picado lo suficiente como para leer el resto de la trilogía.

3 Estrellitas. Empezó muy bien la cosa y me estaba encantando, pero después la historia ha pasado por una serie de altibajos que me han removido por todos sitios y me impiden haberla disfrutado más. Una lástima, porque le podía haber quedado a la Balogh un libro precioso y maravilloso, de haberlo escrito diez años después habría sido de sus mejores libros.

"Dancing with Clara" es el segundo libro de la serie Sullivan, en concreto de Freddie Sullivan, el primo canalla y encantador de "Courting Julia". Es cierto que Freddie la cagó bastante en el primer libro, y en el suyo no es ningún santo, pues es un hombre desesperado.

Freddie Sullivan es el heredero de un barón, pero pese a haberlo tenido todo, es un canalla y un libertino. Sus últimas correrías y el miedo a la prisión de deudores le llevan a tomar medidas desesperadas con su prima Julia, pero viendo sus planes truncados en la primera novela, Freddie huye a Bath, donde no cree que sus acreedores le encuentren.

El plan de Freddie es sencillo, buscar a una heredera lo suficientemente desesperada como para casarse con él. En Bath no encuentra más que vejestorios, viudas alegres, y muy pocas jóvenes guapas o agradables como para desposarlas. Hasta que su mirada se fija en Clara Danforth, su víctima perfecta.

Clara Danforth es una rica heredera, su padre era un militar que hizo fortuna en la India, pero de poco le sirve a Clara su fortuna si no puede disfrutar de la vida en todo su esplendor. Clara pasó una terrible enfermedad de niña, una enfermedad que la ha dejado inválida y en silla de ruedas, incapaz de caminar o de sostenerse en pie. Pero Clara es lista y sabe que el interés de Freddie es fingido, no es estúpida y sabe lo que Freddie busca, su dinero. Aún así, ¿por qué no seguirle el juego y conseguirse al menos un marido guapo y encantador?

Clara no necesita protección, pues tiene toda la que el dinero puede ofrecer, tampoco busca amor, pues sabe que siendo fea e inválida tampoco lo va a encontrar, pero de esa manera sí puede conseguirse un marido, y un marido además guapo y encantador. Así que cuando Freddie se le declara, su respuesta es sí.

Su matrimonio empieza como una luna de miel maravillosa. Están solos y Freddie es todo lo encantador y atento que puede serlo un marido. Poco a poco, Freddie le va descubriendo a Clara un mundo para el que creía que no estaba preparada o que no podía disfrutar. Lo malo, es que lo bueno se acaba, pues Clara sabe que todo es fingido y que él realmente no la quiere, entonces, cuando empiezan los problemas y las desavenencias, ninguno cede ni da de su parte, y esto es lo que no me ha gustado del libro.

Es una pena que habiendo empezado tan bien el libro, lo bonito se haya destruido por los celos o el rencor. Además, de Freddie esperaba otra cosa, pues no me parece el mismo del principio, aún siendo el canalla encantador que conocíamos de antes, este Freddie es un libertino capaz de faltarle el respeto a su esposa. Pues no, esto no se lo he perdonado porque esperaba algo mejor de él. Como he dicho más arriba, estoy segura de que este libro se habría corregido de otra manera de haberlo escrito Mary Balogh diez años más tarde, la transformación de Freddie habría sido auténtica, y no forzada.

No todo es malo, pues lo bonito del libro es la transformación de Clara, de no ser nada, a ser una mujer, gracias a lo que Freddie hizo, o ha hecho a ratos por ella. Pero lo que me da pena es que viese al principio más amor (no siendo amor realmente), que el amor que se profesan al final, que no me he creído y me ha parecido metido con cucharón, pues ¿cuándo se enamoran realmente? Ése ha sido el gran problema, que no sabes cuando se enamoran y Freddie sigue de correrías y libertinaje hasta el final ¿Realmente si está enamorado de su esposa haría eso? Lo siento, pero no se lo he pasado.

Es una pena que una historia que prometía tanto haya caído en saco roto, pero aún así continuaré la serie y leeré el último libro, pues si creo que sé de quien son, me ha dejado con muchas ganas.

4 Estrellitas. Tenía muchas ganas de él y no esperaba mucho porque los anteriores de un modo u otro me habían decepcionado algo, por suerte con este no me ha pasado eso.

"Tempting Harriet" es el tercer y último libro de la serie Sullivan, una de las series viejillas de Mary Balogh que empezó publicando con Signet, una editorial del estilo de Harlequin Internacional, con novelas entretenidas de época y cortitas.

En particular este libro ya venía palpándose desde el anterior, cuando Harriet y Archie se conocieron. Harriet era la hija pobre de un párroco, que al quedar huérfana tuvo que emplearse como dama de compañía de la inválida Clara. Archibald Vinney, heredero del duque de Tendy, era el amigo libertino de Freddie Sullivan.

En el anterior libro, ya vimos como Harriet y Archie empezaron a enamorarse, pero la ignorancia e inocencia malinterpretaron lo suyo, lo que provocó el rechazo de Harriet ante la proposición de Archie.

En "Tempting Harriet" han pasado 6 años desde lo suyo. Harriet ha vuelto a Londres, esta vez viuda de un barón y con una niña de cuatro años. Harriet se casó con un barón mayor que ella y con un corazón débil, y aunque nunca olvidó a Archie, llegó a querer a su esposo. Tras más de un año de luto y con veintiocho años, Harriet está dispuesta a casarse de nuevo, esta vez por amor.

Archibald, ahora duque de Tendy, tiene treinta y dos años, y esta vez debe cumplir una promesa hecha a su abuela, casarse durante esta temporada y dar un heredero al ducado en el primer año. Pero las exigencias de la vieja duquesa son estrictas, debe ser una joven de muy buena posición y como mínimo, hija de un conde.

Cuando Archie y Harriet vuelvan a verse en Londres, algo estallará entre ellos, y es el amor, juvenil e inocente que ambos despertaron. Aunque Harriet es la viuda de un barón y ya no es pobre, no tiene mucho que ofrecer a Archie, y por parte de la abuela de Archie, Harriet no es la indicada, ni por pedigrí, ni por edad.

Esta vez, la duquesa viuda de Tendy ha elegido a la candidata ideal para Archie, y este hará lo que se espera de él, pero ¿como podrá hacerlo cuando Harriet esté siempre ahí tentándolo con algo más, con algo que podría ser? Hace seis años, ella no consintió en ser su amante ¿por qué ahora sí? ¿Por qué no su esposa e ir en contra de los deseos de su familia?

A diferencia de anteriores novelas, aquí no ha habido escenas desagradables, o giros enteramente desagradables. En ésta novela he visto más a mi señora Balogh, la señora Balogh a la que estoy acostumbrada, la que tanto me gusta, aquella con buenos personajes, una buena trama y un amor pasional.

El libro me ha convencido, sí. Y aunque se nota que es viejillo me ha gustado mucho, y sin duda lo considero el mejor de la trilogía.