Se han casado por poderes, él desde el castillo de Leger, mientras ella permanecía en Londres; no se conocen. Ella esperaba encontrar un hombre gentil, educado y culto. Él, una mujer fuerte, capaz de encajar en aquella vieja mansión de piedras toscas y gastadas, de estancias oscuras y pasado lúgubre.
Ni él ni ella han visto satisfechas sus expectativas: porque él es rudo, de mal talante, más dispuesto al golpe que a la caricia, y porque ella es fina y delgada, demasiado educada y...
pelirroja. Sólo el buscador de novias sabe que aquel hombre y aquella mujer compartirán al fin un amor de leyenda.
ÉL ES ANATOLE ST. LEGER Todos los campesinos lo temen, a algunos incluso les inspira terror. Una maldición ha arrastrado a la familia St. Leger por sendas de la vida llenas de barro: la soledad y la tristeza, el doloroso y peligroso don de predecir el futuro, la convivencia con lo sobrenatural, la obligación de los varones de casarse no con quien quieran, sino con quien elija el buscador de novias... Pero, ¿querrá la vida que hombre y mujer tan distintos rompan el hilo del destino para encontrar la paz y el amor?
ELLA ES MADELINE ELIZABETH BRETON Procede de la buena sociedad londinense; tiene un apellido de calidad, el cuerpo fino y los mejores modales, la mujer ideal para casarla con un rico hacendado y obtener por ella una buena dote. Claro que el castillo de Leger está a cinco días de viaje y dicen las malas lenguas que una maldición lo habita... A ella no le importan las habladurías; no le dan miedo ni almenas ni calabozos, ni los retratos de crueles antepasados. Pero de su esposo, ese Anatole, ¿no son de temer su cabellera negra, esas manos grandes y curtidas como cuero, esas espaldas tan anchas que sería imposible abrazarlas?
Esta fue una novela que me pareció muy divertida, con mucho misticismo y mucha magia. Si fuera a buscar una palabra para describirla sería: encantadora.
Me gustó su humor. De verdad me reí.
Disfruté el contraste de los protaginistas: donde él era un bruto, tosco e impaciente, ella era delicada, culta, paciente y muy inteligente. Ambos eran francos, directos y orgullosos. Estas similitudes y diferencias dieron como resultado conversaciones muy vivaces y entretenidas.
Anatole es el tipo de héroe oscuro y herido que en realidad no es tan malo, y ella la heroína valiente y decidida que salva al hombre de su miseria, para decirlo de alguna manera.