Chicas... ¿jugamos?

Me suena mucho mucho, estoy segura que lo leí pero no me doy cuenta cuál es...

Ella se acercó más. ¿Qué era?, se preguntó pasando la mano por la superficie de la caja. Entonces en su interior sonó un ruido sospechoso.
—¡Oh! —exclamó y apartó la mano—. ¡Está vivo! —XY hizo una mueca, como diciendo «¿Quién sabe?».
Un pequeño gancho del tamaño de una uña era lo único que mantenía la tapa cerrada. Ella lo apartó con el dedo y levantó la tapa con cuidado, de centímetro en centímetro. Antes de que pudiera verse el interior, apareció un hocico, una cabeza, luego dos patas amarillas y finalmente el resto del cuerpo inquieto y excitado de un cachorro asomando con torpeza pero decisión hasta llegar al suelo junto a sus pies.
—Oh, es un perro —exclamó suavemente, y al instante se sentó en el suelo junto a él.
XY se arrodilló a su lado.
—Pensé que te gustaría.
—Ohhh... —fue todo lo que pudo decir mientras acariciaba al suave animal y dejaba que la olisqueara y le lamiera la mejilla.
—Le pedí a MAYORDOMO que preguntara entre el vecindario si había algún cachorro. Le dije que sólo había una condición: tenía que ser amarillo.
Alzó la cabeza del cachorro para mirarlo. Él había tenido ciertas reservas sobre el acierto de su regalo, pero la expresión de XX le confirmó que había sido una idea perfecta.
—Oh, XY. —Agitó la cabeza, como extasiada. El se inclinó para besarla, pero el cachorro se coló y la besó antes—. ¿Cómo se llama? ¿Es macho? ¿Dónde lo pondré? Oh, es una preciosidad.
No era exactamente eso. Era un torpe cachorro, parecido a un retriever, cruzado con otra raza, todavía demasiado inmaduro para precisar. ¿Un perro de caza? ¿Un terrier? El tiempo lo diría.
—Sí, es macho. Debe de tener un nombre, pero OTRO no lo sabe. Ahora es tuyo, XX, si lo quieres.
—Oh, por supuesto que lo quiero. Mi hermano tenía un perro cuando éramos pequeños —confió—. A mí me dieron un gato, pero siempre preferí el perro.

sigo sin tener ni idea

La mujer cautiva de Patricia Gaffney Question

Mayralejandra escribió:: La mujer cautiva de Patricia Gaffney

Bingo.

Te toca.

Por algo me sonaba, la leí hace un tiempo...

Uno fácil

Ayer no pude asi que ahora busco y pongo ^^º

Ahora si, uno facil...

-Vamos, Xx confiéselo. ¿Por qué se desmayó?

-¡Maldita sea eso no es asunto suyo! –gritó ella.

-¿Calambres? ¿Todo este alboroto por un caso de calambres?
-¡No! Definitivamente no son calambres.

-Ah –Xy pronunció lentamente la palabra. Inclinando la cabeza hacia un lado, volvió a deslizar la mirada por su cuerpo en busca de una señal reveladora que quizá no había notado antes-. ¿Hay alguna razón particular por la cual “definitivamente no son calambres”? –preguntó con voz cadenciosa-. ¿Quizá es algo así como un b-e-b-é?

-Está loco –exclamó ella abriendo mucho los ojos.

-Y está embarazada –concluyó categórico, y frunciendo el ceño preguntó-: ¿De quién es? ¿De ese zapatero escandinavo que le diseño sus zapatos especiales?

-No estoy embarazada.

-¿O el feliz padre no será ese jugador de polo de las Bermudas?

-Es de Brasil.

-De Brasil entonces. El tipo con todas esas cadenas en el pecho y que tiene por lo menos cuatro docenas de dientes.

-Ya basta.

-¿O no sabe de quién es?

-¡Basta! –gritó ella, cruzando los brazos en el abdomen-, ¡no hay ningún bebé! –lo repitió en voz más baja y llorosa-. No hay ningún bebé –las lágrimas empezaron a deslizarse por sus pálidas mejillas-. Y antes de que pase mucho tiempo quizá tampoco habrá nada más. Porque cuando extirpen los tumores, quizá deberán extirparlo todo.

Pues no tengo ni idea Chicas... ¿jugamos? - Página 28 1246305979

Ni idea tampoco, pero quiero leer la cara de idiota que se le debe quedar al otro Chicas... ¿jugamos? - Página 28 83994

tengo ganas de saber quien es jajaja

Esto va primero...
Él la siguió a través de las amplias y bien ventiladas habitaciones de su casa.

-Qué lugar tan agradable.

-Para un escritor, es una frase muy trillada –replicó ella vaciando el agua hirviendo sobre la bolsita de té que había en una taza-. ¿Quiere un poco de té de hierbas con miel?

-¿Qué me dice de un Bloody Mary? –preguntó con una mueca de disgusto.

-Se me ha acabado el Bloody Mary.

-¿Una Coca-Cola?

-¿Light?

-De acuerdo, gracias.

Sirvió la miel en el té y dio un par de sorbos antes de servirle su refresco. Cuando se lo pasó, él preguntó:

-¿Le duele el estómago?

-No, ¿por qué?

-Mi madre solía darme té siempre que me recuperaba de un cólico a causa de algún virus estomacal.

-¿Usted tiene madre?

-Eso ha sido un sarcasmo que me duele tanto como a usted le dolería el tanto que se anotó Martina con su saque el mes pasado.

-Según recuerdo, usted no mencionó ese tanto en su columna, que decía que Martina simplemente tuvo un buen día.

-¿Usted lee mi columna?

-¿Usted asiste a mis partidos?

Sonriendo al disfrutar de su duelo verbal, El bebió un sorbo de su refresco y se instaló en un taburete con respaldo de madera. Ella le tendió una mano.

-Por favor, ¿quiere darme ahora mis pastillas?

-Son para el dolor –comentó él leyendo la etiqueta del frasco.

-Así es.

-¿Tiene dolor de muelas?

Ella le mostró la dentadura.

-¿También quiere ver mis molares?

-Sus molares me parecen bien desde aquí –replicó el despacio, entrecerrando un poco los ojos.

-¿Las pastillas? –le pidió Ella con una mirada de desprecio.

-¿Dolor muscular? ¿Codo de tenista? ¿Una fractura causada por el estrés?

-Nada de eso ¿Quiere darme ahora mi medicina, por favor, y dejar de comportarse como un pelmazo? –El dejó el frasco en la barra y lo deslizó hacia ella-. Gracias.

-De nada. Me parece que las necesita.

-¿Cómo puede saberlo?
-Por la tensión alrededor de su boca –rozó una comisura de sus labios y después la otra.

Ella echó bruscamente la cabeza hacia atrás y le dio la espalda. Llenó un vaso con agua y sacó del frasco dos tabletas. Después agarró su taza de té y se sentó en el taburete al lado de él, bebiendo su té en silencio. Él estudiaba todos sus movimientos. Era evidente que el adagio de “si ignoras algo el tiempo suficiente, desaparecerá”, no se podía aplicar en su caso.

-¿Qué ha venido a hacer aquí, Xy? –le preguntó, cautelosa.

-Cumplo con mi obligación.

-¿No hay algún juego esta tarde acerca del cuál podría escribir? ¿Un torneo de golf? ¿Otros partidos en Lobo Blanco?

-Usted es la gran noticia deportiva del día, le guste o no.

-No me gusta –murmuró ella desviando la mirada.

El apoyó el codo en la barra y descansó la mejilla en su mano.

-¿Por qué se desmayó allí esta mañana? No pudo ser el calor, pues no hacía mucho.

-No, era un día perfecto para jugar a tenis.

-¿Se desveló anoche?

Ella dirigió una mirada crítica a su aspecto desaliñado, expresando con toda claridad su desaprobación.

-Jamás me desvelo la noche anterior de un partido.

-Si lo hiciera, quizá jugaría mejor –comentó él con una sonrisa torcida.

-Usted es un caso desesperado, El –afirmó, irónica.

-Eso me han dicho.
-Escuche, estoy muy cansada. Estaba a punto de irme a la cama cuando usted apareció aquí la primera vez. Ahora que ya tomé mi medicina, me gustaría descansar un poco. Son órdenes del médico.

-¿Le recomendó que reposara?

-Así es.

-Ummm…-dijo él, bebiendo un sorbo de su refresco-. Eso podría significar cualquier cosa. Pero creo que si estuviera deshidratada o la hubiesen sometido a una rehabilitación por consumir drogas, estaría hospitalizada.

-¿Cree que suelo beber alcohol o consumir drogas? –preguntó indignada, mejorando dramáticamente su postura.

Él se acercó más, bajándole los párpados inferiores y examinando sus ojos.

-Creo que no. No hay dilatación. Tiene un buen tono de piel y no hay señales de agujas. Sus ojos están limpios.

-Seguro que usted no soportaría un escrutinio así –replicó alejando la cabeza para evitar s contacto.

Imperturbable, él siguió haciendo el resto de su evaluación.

-No, pensándolo bien, parece demasiado sana como para depender de nada, excepto que quizá tiene un nivel bajo de colesterol, o su dieta carece de un alto contenido en fibras. ¿Comió un queso de soja que no estaba bien cocido?

-Por favor, ¿quiere irse? –le pidió apoyando la frente en la palma de la mano.

Se sentía descorazonada por varias cosas. La principal de ellas era que necesitaba compañía justo en ese momento y Xy era el único disponible. Por mucho que le costara reconocerlo, su detestable presencia era preferible a la soledad.

-Eso disminuye considerablemente las probabilidades –observó él.

-¿De qué? –preguntó ella, pues a pesar de sí misma tenía curiosidad por escuchar su hipótesis.

-De obtener publicidad.

-Déjeme en paz –gimió-, no la necesito.

-De acuerdo –aceptó reacio- ya está tomando los suficientes productos para mantener durante años su sonriente cara alejada de las revistas y las pantallas de televisión –entrecerró los ojos-. ¿Está segura de que no fingió un desmayo solo para no jugar ese partido?

-¿Por qué haría yo algo así?

-Se supone que esa joven italiana es buena.

-Pero yo soy mejor –exclamó Ella con firmeza.

-Ha sido mejor –concedió él de mala gana- pero ahora tiene más años. ¿Cuántos son, treinta y uno?

Tocó un punto débil y ella lo atacó a su vez.

-Este ha sido mi mejor año. Usted lo sabe, El. Voy camino de obtener un Gran Slam.

-Aún debería ganar en Wimbledon.

-Gané el año pasado.

-Pero sus competidoras más jóvenes la siguen muy de cerca, jugadoras que tienen cien veces más talento y resistencia.

-Yo soy famosa por mi resistencia.

-Sí, claro, junto con su impertinente trenza. Usted no es una deportista.

-Lo soy igual que cualquier jugador de fútbol.

-Pues no lo parece. Ni siquiera su cuerpo es el de una deportista.

Ella, encolerizada ante esa despectiva acusación, siguió la mirada de él, que descendió hasta su pecho.

Tenía la bata abierta, lo que dejaba al descubierto la suave y pálida curva de un seno. A toda prisa la cerró, apretando la tela en su puño, y se puso de pie.

-Creo que ha llegado el momento de que lo eche de aquí.

Imperturbable, El prosiguió.

No lo he leido, no se me ocurre cual puede ser...

Sera "El precio de la victoria" de Brown???

Pero es harlequín no? Que esos no se podían poner? @_@

No, los Harlequin no valen para el juego... Chicas... ¿jugamos? - Página 28 198644

Recuerdo las reglas del juego:

En este juego se podrá poner frases o fragmentos de libros y tendréis que adivinar a qué libro pertenece. Los fragmentos deben ser de libros editados en español para que todas las chicas puedan participar.

Podréis poner todas las respuestas que querais siempre y cuando no vayan 2 seguidas por parte de la misma cazadora... "

No valen Harlequines, son millones de libros y autoras.

Mayralejandra, creo que deberías volver a colocar un nuevo fragmento. Wink

Igual, si es el que dijo Itzy, después de lo que costó adivinarlo se merece seguir ella, me parece, y para la próxima tener en cuenta que harlequines no juegan...

Tambien me parece mejor que siga Itzy, Sandra Bronw estan conocida que ni me fijé en la editorial, tambien me pasa con Nora Roberts Joo

» Chicas... ¿jugamos?
» Chicas... ¿jugamos?
» Chicas... ¿jugamos?
» Chicas... ¿jugamos?
» Chicas... ¿jugamos?

Chicas... ¿jugamos?

Chicas... ¿jugamos?

Temas similares

Temas similares