Chicas... ¿jugamos?

La condesa perfecta de Elizabeth Boyle. :perfecto:

pricesa escribió:: La condesa perfecta de Elizabeth Boyle.

Claro!!

Perdón la demora, una linda sorpresa fue esta novela...te toca pricesa.

La apuntare entonces en pendientes eternos :perfecto:

Tenía intenciones de hablar con Enrique, pero apenas había entrado en palacio cuando se topó con XX, que trataba de salir por la puerta a toda prisa. El golpe de sus suaves curvas contra su cuerpo fue tan excitante como inesperado. Por instinto, la rodeó con los brazos para que no se cayera. Tenía la cara sonrojada y los ojos brillantes y luminosos. Pero mas que eso, era su respiración entrecortada lo que llevaba a XY a imaginar cómo sería ella en los momentos culminantes de la pasión. En efecto, tenía que contentarse con eso para no
abalanzarse sobre aquellos labios entreabiertos y comprobar hasta qué punto podía dejarla sin respiración.
-No podemos seguir encontrándonos de esta manera, milady.
Las mejillas de XX se pusieron aún más coloradas.
-Al parecer, siempre me desequilibra la presencia de vuestra señoría. -Él soltó una risilla sorda. A él le pasaba lo mismo cuando estaba ella cerca. XX alzo la vista para mirarlo con ojos tan ardientes que hicieron que se le endureciera la entrepierna hasta el dolor-. Pero empiezo a sospechar que mis doncellas quizás tengan razón en una sola cosa.
-¿Y cuál es esa cosa? -preguntó él, ayudándola a recobrar la postura.
-Los brazos fuertes a veces sirven para algo. -Las palabras inesperadas de XX lo pusieron un tanto nervioso. ¿Era realmente un cumplido, viniendo de una mujer que profesaba odio hacia todos los caballeros? Miró a su alrededor como si esperara el segundo advenimiento-. ¿Os encontráis bien, milord?
-Sí, pero un cumplido vuestro une hace temer que mi muerte está próxima.
Ella se rio.
-Si vuestra muerte está próxima es por la espada que lleváis y no por mi lengua. -Él arqueó una ceja pero, antes de que pudiera decir palabra, ella continuó-. Os prometí que no os insultaría más. Por tanto, he escondido las garras.
Le resultaba raro, pero echaba de menos la ira de aquella pícara. Era sencillo protegerse
de ella. Esta nueva faceta de XX le parecía inquietante, cautivadora. Y, ante la referencia a las garras, bajó la mirada y observó que tenía las uñas muy cuidadas, largas y elegantes, perfectas para arañar la espalda a un hombre... XY retrocedió cuando se le pasó por la cabeza ese pensamiento no deseado. Ya empezaba a pensar como el AMIGO.
-¿Adónde ibais con tanta prisa? -preguntó, tratando de desviar sus pensamientos.
-A cualquier sitio donde esté lejos de mis doncellas.
-Y por qué motivo?
-Se les ha metido en la cabeza la tonta idea de que vos y yo deberíamos casarnos.
XY dejó escapar un largo resoplido que delataba su irritación.
-Entonces juntémoslas con mis hombres, que están igualmente decididos a que me quede
soltero.
-¿De verdad?
--Así es. No tienen el más mínimo deseo de que cambien nuestras vidas.

Lo sé lo sé, pero dejaré el turno a otra, es fácil chicas!!

¡¡Tu siempre lo sabes, no vale!! Chicas... ¿jugamos? - Página 25 1326380710

Spoiler:

Nadie ha arriesgado??? me tientan chicas!!!! Chicas... ¿jugamos? - Página 25 53965

Os pongo un poco más, a ver si así podéis recordar. Es un libro fácil. Wink

-¿Te encuentras bien, XX? -preguntó AMIGO con suavidad.
-Sí -musitó ella, sin apartar la mirada de XY, que frunció el ceño al oír su nombre.
-¿XX DE LUGAR? -interrogó, y esa voz profunda hizo que a XX le recorriera un escalofrío por todo el cuerpo.
-Sí.
XY puso la misma cara de disgusto al oír aquel nombre que ella al oír el suyo.
-Entonces sois vos la ogro que escribe esas canciones.
XX habría tomado eso como un cumplido si no hubiera ido acompañado de un insulto.
-¿Conocéis mi obra?
-«Que caiga una plaga sobre todos los que portan espadas y que un rayo les parta los brutales brazos. Que se vuelvan estériles y gordos y mueran en plena juventud». Sí, milady, hoy mismo me ha puesto mi paje al tanto de su supuesta «obra».
XX se puso tensa ante su abierto desdén. No era el primero que la odiaba a ella o a su obra, pero por alguna insondable razón sentía que su mirada la traspasaba. Así que contraatacó de la única forma que conocía: con las palabras.
-Y yo estoy al tanto de la vuestra, milord. Dicen que habéis decapitado a más de doscientos hombres y partido por la mitad a cinco veces esa cantidad. Creo que los sarracenos han dado en llamaros el «carnicero inglés».
Hizo una mueca.
-Le habéis envenenado la mente a mi escudero.
XX esbozó una fría sonrisa en señal de triunfo.
-He liberado su mente.
XY dio un paso en dirección a ella. HERMANOXY se interpuso de inmediato.
-XX, XY -dijo, imponiendo más distancia entre ellos-. Recordad quiénes sois.
XX sintió que se ruborizaba al caer en la cuenta de que su disputa tenía como público a toda la corte inglesa. XY recorrió también la sala con una fría mirada. Bajó la voz y, cuando habló, sus palabras resonaron con una furia terrible.
-En el futuro, milady, os agradeceré que os abstengáis de liberar la mente de mi escudero,
que se deja influenciar con facilidad. Quisiera creer que, cuando alguien se le acerque con
una espada, ESCUDERO usará algo más que su lengua para defenderse.
-Si no hubiera espadas, milord, él no tendría que vivir temeroso de ellas. Y vos tampoco.

Caballero oscuro de Kinley MacGregor Question

venga mau

Sariita escribió:: Caballero oscuro de Kinley MacGregor

Sip, te toca. :perfecto:

mau tiene un registro mental de toooodos los libros Jiji

Jajaja...nooo, pero de los de MacGregor me acuerdo, son pocos los medievales que leí.

—¿Por qué no te das un baño con nosotros? —sugirió HERMANO, y podría jurar que oyó cómo a XY se le desencajaba la mandíbula—. Podrías frotarme la espalda.
XX se rió y recogió la ropa que ya se habían quitado.
—Hace tiempo que no me baño en cueros y, por mucho que me apetezca, ahora mismo tengo demasiadas cosas que hacer. Si me dais el resto de la ropa, pondré la lavadora antes de irme.
—Muchas gracias. —Pero cuando HERMANO buscó la hebilla del pantalón, XY le dio un codazo en las costillas.
—Puedes lavarla luego si te empeñas, PROTA. Ahora vete a casa.
—XY es muy tímido —dijo HERMANO meneando las cejas—. Pero yo, no.
La joven se limitó a reírse otra vez, pero se dirigió de vuelta a la casa para que estuvieran cómodos.
—No deberías bromear con ella de ese modo —murmuró XY.
—Llevo años haciéndolo. —HERMANO se quitó los vaqueros, sucios del trabajo, encantado de librarse de ellos.
—Ahora es distinto.
—¿Por qué? —HERMANO comenzó a quitarse los calzoncillos de seda, pero captó la mirada de su hermano—. Ah, vaya, vaya. ¿Por qué no lo habías dicho?
—No tengo nada que decir. —Como XX ya estaba en la casa y no podía imaginársela con la nariz pegada a la ventana, se quitó la camisa.
—A mí lo que me pone es su voz.
—¿Cómo?
—Ese sonido grave que sale desde la garganta —continuó HERMANO, encantado de poder sacar de quicio a su hermano por algo—. Es una voz grave, suave y muy sexy.
Apretando los dientes, XY se quitó las botas de trabajo con brusquedad.
—Quizá no deberías escuchar con tanta atención.
—¿Qué puedo hacer? ¿Qué puedo hacer si tengo un oído perfecto? Y una vista bien aguda, también —añadió, calculando la distancia que les separaba—. Y por lo que puedo ver, el resto es igualmente atractivo. Su boca resulta especialmenTe sugerente. Labios llenos, bien formados, sin carmín. Me parecen de lo más jugosos.
XY inspiró lentamente dos veces mientras se quitaba los vaqueros.
—¿Estás tratando de mosquearme?
—Hago todo lo que puedo.
XY se incorporó y midió a su contrincante.
—¿Prefieres zambullirte de cabeza o de pie?
Complacido, HERMANO sonrió.
—Eso es lo que te iba a preguntar yo.
Ambos esperaron un instante, luego se lanzaron el uno contra el otro y se agarraron. Y, acompañados por los estruendosos gritos de aliento de XY2, se lanzaron al agua luchando el uno con el otro.
«Ay, Dios mío», pensó XX con la nariz pegada a la ventana. «Ay, Dios mío». Si había visto alguna vez dos ejemplares masculinos más impresionantes, ya no se acordaba. Ella sólo quería echar una rápida ojeada. De veras. Apenas una miradita inocente. Pero entonces XY se quitó la camisa y...
Bueno, ¿y qué?, no era una santa. Y echar un vistazo no le hacía daño a nadie.

Me parece sospechosamente familiar... pero no logro ubicarlo... @_@

Me he confundido con eso de PROTA, HERMANO, XX, y XY @_@

Pero seguro no lo he leído Pensar

No me suena

Un poco más. Excitación

Edito: Podría ser Cuando la marea sube de Nora Roberts Question

de contemporania estoy pegaisima

no lo he leído...

Yo no tengo ni idea, pero tengo ganas de saber cual es Chicas... ¿jugamos? - Página 25 1246305979

pricesa escribió:: Un poco más.

Edito: Podría ser Cuando la marea sube de Nora Roberts

Si ese pricesa, te toca!!

de la roberds he leido muy pocos

Dándose la vuelta, enfrentó a XY. Él se apoyó contra su barra de ejercicios con los brazos cruzados sobre su pecho. Tenía la cabeza en un ángulo dirigido hacia AMIGO1, pero estaba segura de que la estaba mirando. Sentía sus ojos sobre ella. Si no llevara puestas esas gafas podría verlos. ¿Será que se las quitaría alguna vez en su vida?
—Debo cambiarme de ropa —dijo ella ausentemente—. Supongo que no necesito decirles a ninguno de los tres que se pongan cómodos.
XY sonrió afectadamente. Realmente odiaba esas gafas. Desearía poder leer sus emociones y humores. XX se detuvo en la entrada del vestíbulo y miró a los tres hombres. Estaba incómoda de tener que quitarse la ropa con esos extraños rondando su casa. Miró la cara estoica de XY.
—No tienes de qué preocuparte por nosotros —le dijo, casi leyendo sus pensamientos—. A AMIGO2 no le atraen las humanas, a AMIGO1 no le atraen las mujeres y yo… —XY hizo una pausa.
¿Qué podría decir? La recordaba demasiado bien con su camisa de dormir desgarrada. Y deseaba ver un poco más de su cuerpo. Sus ojos lo miraban expectantes. Él se contuvo. En ese momento, ella pensaba que era el héroe que había salvado su vida. Y no lo era. Lo mejor que podía hacer era lograr que lo odiara ahora, de una vez por todas.
—No estoy interesado —terminó.
XX se ruborizó profundamente ante las palabras groseras que él le dirigió en frente de los otros dos hombres. Estrechando sus ojos, hirvió de la humillación. ¿Qué la había hecho pensar alguna vez que podría querer a este hombre? Solo era un ser despreciable. Sin decir una palabra, corrió en estampida desde el vestíbulo hasta su alcoba y cerró la puerta de golpe.

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