que rapida Loanna!! siii te tocaa!!

Sandra escribió:

que rapida Loanna!! siii te tocaa!!

Ahí va:

—Ahora sois mía —Inclinó la cabeza y le rozó los labios. Ella dejó de respirar del todo. Sintió los labios de él suaves y cálidos, y cuando ella no retrocedió se demoraron de modo lento, tierno, persuasivo. Se derritió por dentro. Sus párpados se desplomaron. Sentía los brazos de él moverse con sigilo en el interior de su capa, alrededor de la cintura, presionándola contra su torso. El calor masculino, ese perfume la seducía: una mezcla de coñac, fuego y algo más, más embriagador que el aire soleado o la salada brisa del mar.
XY la besaba como quien disfruta saboreando una cucharada de crema: meticulosa, pausadamente. Le humedecía los labios con la punta de la lengua, seduciéndolos para que se separaran para él. Aunque al comienzo vaciló, ella obedeció. Cuando las lenguas se tocaron la invadió una embriagadora oleada de placer. Instintos extraños, primitivos, la incitaban a explorarlo tan completamente como él lo hacía con ella.
A él le brotaban sonidos desde lo más profundo de la garganta cuando la respuesta de ella cobraba confianza y los besos se tornaban más profundos. La boca ya no era dócil sino ardiente y necesitada. La probaba, la acariciaba, se metía más adentro de ella. La cálida respiración de los dos se mezcló hasta tornarse dificultosa.
—XY.. —suspiró ella, admirada por el modo en que aquel italiano fornido y ardiente, quien hacía sólo tres noches había sido un enemigo temible y detestable, la había hechizado de tal forma que su cuerpo entero respondía a sus besos, a la sensación de tener ese gran cuerpo apretado contra el suyo. Jamás había sentido nada ni remotamente parecido a lo que sentía en aquel momento. Finalmente ella comprendía lo que era estar viva.
Besándolo apasionadamente, las manos de XX recorrieron todo el largo de esos brazos que la aferraban, músculos de hierro que se dibujaban debajo del suave género de linón, hasta que llegó con sigilo debajo de la pesada cabellera. Una exuberante seda fresca se derramó entre sus dedos. ¡Oh, Dios! Cuántos deseos sentía de conocer todo de él, de conservarlo, consumirlo, engullirlo con aquel calor que le brotaba desde el alma...
XY soltó un gemido irregular, se apartó de la boca y avanzó lentamente por la curva del cuello femenino. En ese instante de sentía tan absorta, tan inmersa en el efecto que él le provocaba que no supo cómo oponerse a la mano que le cubrió los pechos por encima de la delgada tela del camisón. Él le acariciaba el pezón sensible con movimientos rápidos. Un brusco temblor le recorrió el cuerpo rompiendo la magia. ¿Qué había hecho?
Se soltó bruscamente y abrió los ojos con una expresión de vergüenza:
—¿Qué es lo que me habéis hecho?
Respirando con dificultad, él la miró con ojos cargados de deseo.
—¿Qué os he hecho? —repitió, sin poder comprender el abrupto cambio de actitud de ella.
—¡Me habéis...! ¡Alejaos de mí, monstruo violador! —Ella empujó aquel pecho inamovible, desesperada por escapar de él, de ella misma. ¿Cómo era posible que hubiera perdido la cabeza y se hubiera rendido ante sus encantos? ¿Cómo podía haber deshonrado a XY2, comportándose de ese modo tan inmoral?
—¿Violador?—Se le encendió un brillo salvaje en los ojos. La sujetó de los brazos y la inmovilizó contra el pecho—. ¡Os he besado! ¡Y vos me habéis besado también! ¡No he hecho nada que vos no quisierais!
—¡Estoy a punto de casarme con el vizconde APELLIDO! ¿Cómo pudisteis hacerme esto? —Aquel condenado rufián le provocaba desearlo hasta su fibra más íntima y ahora ella se sentía vacía y fría.
—¡Entonces no os caséis con él! —rebatió XY con resentimiento, frustrado por las lágrimas que a ella le corrían por el rostro—. XX, vos deseasteis esto del mismo modo que yo. Os aferrasteis a mí como una mujer a quien jamás habían besado en todo su vida.
Dolida por la humillación, ella le sostuvo la mirada enfurecida. Él tenía razón en ambas cosas. Si no la hubiera besado, ella habría muerto de curiosidad y deseo. Pero sentía deseos de arrancarle aquellos hermosos ojos por haber adivinado su triste inexperiencia con tal desenfado y falta de cuidado, y por hacer que lo deseara tan ardientemente.
—¡Os odio! —siseó, principalmente porque sabía que nunca jamás volvería a tenerlo.

Me suena, pero como siempre, no me acuerdo del libro..

Ni idea...

no se

Rendida a un extraño de Karyn Monk?? esque me suena pero no se si sera

Sandra escribió:

Rendida a un extraño de Karyn Monk?? esque me suena pero no se si sera

Un cachito mas....

Mi pirata malvado de Rona Sharon ?

pipa7581 escribió:

Mi pirata malvado de Rona Sharon ?

Siii

Te toca!!!

Ya decía yo que me sonaba..

Si es ese no lo leí, ¿qué tal está?

Pues yo no lo lei......

Aunque hace mucho tiempo que lo leí, me acuerdo de que me gustó y mucho. Probablemente por qué fue mi primer libro de piratas, pero creo que si vuelvo a leerlo, me seguiría gustando. Es un libro con bastantes paginas ( quizás le sobran algunas ), lleno de aventuras y un pirata Si no recuerdo mal, a el lo apodan ,,La Víbora,,. Yo lo recomiendo !!

venga cachito

yuno escribió:

venga cachito

Perdón chicas, ya sabeis lo que pasa después de una laaaaaaaaaarga noche de juerga; Ahí va el trozo:







[size=12]—¿Cómo te atreves a mostrar semejante falta de respeto a ESPOSAORIGINAL e HIJA? —dijo HOMBRETÓN sin preámbulos.

—Tu esposa fue irrespetuosa conmigo —se defendió BRUJAMALA—. Me amenazó con ese perro monstruoso.

—ESPOSAORIGINAL nunca amenazaría a nadie sin ser provocada —dijo HOMBRETÓN, y notó que su padre se acercaba a ellos—. Llamaste a HIJA “la hija de la criada”.

—Es la hija de la criada.

—Y tú eres la hija del vicario –replicó HOMBRETÓN—. Mi esposa y mi hija tienen la sangre de aristócratas mientras que tú, madame, no tienes ninguna.

—¿Qué ha sucedido, hijo?

—BRUJAMALA tiranizó a ESPOSACRIADA hasta la tumba —respondió HOMBRETÓN, mirando a su padre—. Desde entonces, ha tratado a HIJA cruelmente. Protegí a mi hija quitándola de la presencia de tu esposa cuando debería haber quitado a tu esposa de la presencia de mi hija.

—¿Por qué nunca antes me lo dijiste? —le preguntó su padre.

—PADREHOMBRETÓN, no puedes creer que yo…

—Silencio, BRUJAMALA—Pero…

—Cierra la boca o la cerraré por ti.

—Nunca mencioné esto porque no quería crear agitación en la familia —le dijo HOMBRETÓN—. En el almuerzo hoy, tu esposa se refirió a HIJA como la hija de la criada. ESPOSAORIGINAL empacó sus maletas y se mudó a RESIDENCIA PADRE ELLA para proteger a mi hija. A tu nieta.

—Eso resuelve el problema —dijo BRUJAMALA, mirando a su esposo—. Pueden permanecer allí hasta que nos marchemos de Newmarket.

—ESPOSAORIGINAL E HIJA tienen más derecho a vivir aquí que tú —le dijo el duque.

—Soy tu esposa…

—HIJA tiene mi sangre —la interrumpió él—, y ESPOSAORIGINAL espera al heredero.

—Todo estaba en paz hasta que te casaste con la bastarda APELLIDOESPOSAORIGINAL —dijo BRUJAMALA a HOMBRETÓN.

—No me tientes a enviarte a la pensión LUGAR y pedir el divorcio —le advirtió el duque.

—Los divorcios son imposibles de obtener —dijo BRUJAMALA—, y no tienes motivos para obtenerlo.

—Eres estúpida si crees eso —le dijo el duque de TÍTULO1—. Un hombre rico puede comprar los motivos para el divorcio, y PADREESPOSAORIGNAL usará su influencia para asegurarse de que los jueces concedan el divorcio.

—HOMBRETÓN debería haberse casado con HIJABRUJAMALA —dijo BRUJAMALA—. Todo estaría bien si lo hubiese hecho.

—Me casé con la mujer a la que amo —dijo HOMBRETÓN, dándose vuelta para partir—. Traeré a mi familia a casa, y las tratarás con respeto.

—BRUJAMALA, tu crueldad con una niña de cinco años me enferma —dijo el duque—. Lamento haberme casado contigo.

[/size]

Casada con el Marqués de Patricia Grasso

Pues ni la menor idea, pero parece todo un novelón, que mala es BRUJAMALA, ya me cae fatal...

por eso lleva ese nombre
no me suena de nada, no lo he leido

Ness escribió:

Casada con el Marqués de Patricia Grasso

Muy bien guapa; Te toca

Vale guapa

Voooooooooy:

- Señorita ELLA, volvemos a encontrarnos.

- Buenas tardes, Señor UMMMM.

La familiaridad alimenta el desprecio, la familiaridad alimenta el desprecio, se repitió a sí misma. Y entonces se le ocurrió una idea perversa. ¿Y si alimentase algo totalmente distinto?

- Confío en que haya encontrado sus aposentos en orden – dijo-.Generalmente mantenemos esa zona de la casa cerrada, pues está demasidao alejada. Pero no queríamos que se sintiese decepcionado a la hora de escoger habitación.

TIOBUENO, que se estaba acercando lentamente a ELLA, se detuvo a unos pasos de distancia. Ella tuvo que hacer esfuerzos para no retroceder. Era tan increíblemente alto…Casi podía sentirle; era como si su cuerpo emitiese un campo energético, algo que ella podía captar con una sensibilidad inusual hasta entonces.

-No quería causarle ninguna inconveniencia-dijo, y la sonrisa de su rostro se desvaneció-. De niño, cuando vivía aquí, era esa la habitación que ocupaba, así que es la única que recordaba.

-No se peocupe - dijo ELLA rápidamente.

TIOBUENO frunció más el ceño mientras estudiaba la rígida postura de la joven. La sonrisa de ELLA era forzada, como indicando un leve…¿temor, quizá? Volvió a fruncir el ceño ¿Qué podía temer ELLA EXCITADA de él? Salvo, claro está, que iba a desposeerla de la casa inminentemente.

La idea no le provocó satisfacción alguna. Miró sus ojos oscuros y cautelosos y se percató de que la piel color miel de ELLA se sonrojaba de repente. Demasiado apetecible.

-PRIMA, ¿no te sientas?- dijo dándose la vuelta hacia su prima y alejándose de ELLA.

PRIMA sonrió con deslumbrante placer.

-Claro TIOBUENO, que amabilidad. ¿Cuándo aprendiste esos finos modales?

-Me parece que no sé a qué te refieres-contestó TIOBUENO, y dando la vuelta a la mesa, apartó su silla y la inclinó, sujetándola con una mano mientras esperaba a la dama.

ELLA también parpadeó sorprendida ante su actitud. ¿Estaba tan poco acostumbrada a la etiqueta que el simple hecho de que le ofrecieran asiento la confundía? Bueno, ¿qué podía esperarse de un hogar de solo mujeres?

-¿Señorita EXCITADA? – la apremió TIOBUENO.

ELLA tragó saliva y se dirigió hacia su sitio. TIOBUENO colocó la silla detrás de ella y empujó. El borde del asiento le golpeó la parte trasera de las rodillas y por un instante ELLA se tambaleó. TIOBUENO la cogió por el brazo para sujetarla y se quedó helado.

Nunca el simple tacto de una mujer le había provocado una reacción física tan intensa.

Ni idea..

-¿De mi clase?-exclamó ELLA.

-Sí, del tipo de personas con una opinión exagerada sobre su linaje y sobre cómo eso afecta a los demás. Puedo asegurarle que no me importa lo más mínimo cómo se ganaban la vida sus antepasados. Según el Señor Darwin, todos nuestros antepasados se columpiaban en los árboles. Los que son cómo usted quieren discutir sobre quienes se columpiaban en las ramas más altas.

-¡Oh!

¿Así que despreciaba todos sus miedos y todas sus inseguridades considerándolas un esnobismo?

-Y, señorita EXCITADA, a pesar de que odio contradecirla…

- Adora contradecirme. En cada una de las cartas que me envió, usted…

-Y a pesar de que odio contradecirla-repitió TIOBUENO, elevando el tono de voz para ahogar las protestas de ELLA-, debo insistir en que sé reconocer a una dama. Y usted es una dama.

Y hecha esta afirmación, asintió, dando el tema por zanjado, y se dio la vuelta. Apoyó ambos codos en la cerca, y se quedó mirando el extenso prado plácidamente. Parecía dispuesto a esperar felizmente a que ELLA prosiguiera el camino. Era un caballero, al fin y al cabo.

Tenía un aspecto de absoluto dominio, completamente relajado, maravillosamente masculino, y ella…ella estaba…¿Qué había dicho PRIMA? Ella estaba de “ese modo”.

TIOBUENO volvió la cabeza y le sonrió con magnanimidad.

Aquello era el colmo.

-¿Haría una dama esto?

Se inclinó hacia delante, cogió la cabeza de TIOBUENO entre sus manos y le besó.

La verdad que ni idea, pero que ganas me dan de leerlo...