Por no hablar de la protagonista, de la cual una se pregunta si tiene 25 o solo 5 años...

quizá el hecho de que la tía y su viejo amor sean ya maduros (40 y 45 años, vamos, no es que sean ancianos ni mucho menos) le restaba atractivo a la novela, a ojos de la editorial...

2 Estrellas. La verdad es que no me ha gustado mucho y ha sido un chasco. El primer libro estuvo entretenido, pero éste me ha aburrido, habría habido más emoción de haber sido un relato corto.

Por desgracia tampoco es lo que promete la sinopsis, que te presenta a los protagonistas. Éste no es el libro de Grace y David, es el libro de sus tíos Kate y Alex, y su segunda oportunidad veintitrés años después.

Sí, Grace y David se conocen en un baile, él está buscando esposa, y ella, a la tardía edad de veinticinco años está pasando su primera temporada en Londres, para que pueda divertirse antes de que su padre la case con su aburrido vecino.

Pero en el baile no están solo ellos, Grace tiene de chaperona a su tía Kate, la viuda Lady Oxbury, y David ha acudido con su tío Alex. Cuando sus miradas se funden a Grace se le derriten las piernas, y David siente un instalove de campeonato. No son los únicos, cuando sus tíos se ven y se reconocen, saltan chispas.

Alex y Kate se conocieron hace veintitrés años y no se han olvidado, el hermano de Kate y padre de Grace, Lord Standen, hizo lo posible por separar a los enamorados. La oscura historia familiar dice que Standen amó a Lady Harriet y no la ha olvidado. Era su prometida, pero ésta le abandonó para casarse con el barón Dawson, hermano mayor de Alex. Debido a esa afrenta, Standen hizo todo lo posible por no acercarse a esos advenedizos. De haber sabido que los Wilton estaban en Londres pasando la temporada, Standen no habría dejado que su hermana y su hija fuesen a la capital.

Kate se casó obligada con el conde de Oxbury, y aunque nunca le amó, llegaron a un entendimiento, pero no tuvieron hijos. A pesar de todo, Kate no olvidó a Alex, hasta que vuelven a verse en el baile del duque de Alvord, y vuelven a tratarse. El trato renovado de ambos tíos ha tenido consecuencias, y Kate teme que el nuevo lord Oxbury, primo de su marido, la eche a la calle.

Ahí es cuando entran en acción Grace y David, se conocen en el mismo baile del duque de Alvord, y en cuanto se ven se desean, pero lo suyo no puede ser posible, el padre de Grace odia a la familia de David y si supiera que se han conocido la llevaría de los pelos a casa y la casaría con su aburrido vecino. A pesar de todo, ambos saben del truncado amor de sus tíos, de su reencuentro y su separación; también saben que sus tíos se quieren, así que ambos se las ingeniarán de todas las maneras posibles para que estos vuelvan a coincidir y acaben felizmente juntos.

Si soy sincera, me ha gustado más la historia de los tíos que la de los protas, pero es que ha habido un 50% de división en el libro, Sally Mackenzie nos ha contado dos historias en una, y la de los protas es inexistentes, es un instalove soso que no entiendes, y el de los tíos es una bonita historia de segundas oportunidades, pero ya está. Éste es de esos libros que te engañan por la sinopsis, a pesar de la historia que ha contado por lo menos ha merecido la pena la de los tíos.

La primera parte ha sido bastante tediosa y aburrida, el primer cuarto del libro se desarrolla totalmente en el baile donde se conocen, y no pasa nada de nada. La segunda mitad del libro ha mejorado bastante gracias a la invitación a la casa de campo del vizconde Motton, y las peculiares personas que allí se reúnen.

Continuaré con la serie porque tengo los siguientes libros en papel esperándome en casa, pero éste ha sido una decepción total.

3 Estrellitas. No ha estado mal, pero al ser un relato corto me ha sabido a poco. Lo mejor que ha tenido es que se desarrolla en el ambiente más divertido que nos presentó la novela anterior "El barón desnudo", la fiesta de Lord Motton con sus peculiares invitados, y su más que estrafalaria y casamentera tía.

Para quienes leímos el libro anterior recordamos al matrimonio Kilgorn, unos nobles escoceses que se casaron muy jóvenes y llevan diez años separados. Ésta es su historia.

Eleanor e Ian se conocieron y se enamoraron con apenas diecisiete años, sin duda fue un matrimonio por amor y muy apasionado. Pero al poco de la boda pasó una tragedia, Eleanor, o Nell, abortó un bebé muy querido, que supuso la apatía y el distanciamiento, y lo suyo ya no fue lo de antes, Nell abandonó a Ian. Con los años cada uno retomó su vida como un matrimonio de apariencia, pero sin soportarse.

Han pasado diez años y en todo este tiempo no se han visto, hasta que ambos reciben por separado una invitación a la fiesta del vizconde Motton, con la sorpresa de que la anciana tía de éste, la señorita Smyth, casamentera reconocida, astutamente los aloja en la misma habitación, excusándose en que no quedan más dormitorios disponibles.

Así que una vez allí y tras diez años separados, a Ian y Nell no les queda más remedio que compartir los días y las noches, e intentar hablar, perdonarse y recuperar el tiempo perdido.

En general el relato sigue la misma línea de libros anteriores, pero en éste caso me alegro de que el romance se haya desarrollado únicamente entre los protas, aunque tendremos de vuelta a Lady Grace y Lady Oxbury y nos recordarán algunos eventos del anterior libro, pues ocurre paralelamente.

Sí, muy correcto y divertido, pero como relato me ha sabido a poco, aún así siempre he disfrutado con las historias de segundas oportunidades.

No tardaré en leer los siguientes libros de la serie.