Empieza con el asesinato de una chica en Mexico DF, una niña mona, rebelde, de familia rica, la policía piensa que es un atraco, una desgracia, estar en el peor lugar, en el peor momento, vaya. Entonces, aparece la abuela de la veinteañera y resulta que leyendo el informe que le ha mandado la policía se ve que a la muchacha le faltaba absolutamente toda la sangre... y te dices ups... la abuela ni corta ni perezosa, a través de su firma de abogados, hace que a la muchacha cuando la meten en el ataúd le pongan un pedazo crucifijo entre las manos plegadas. Un detallito, el encargado de hacerlo se sorprende mucho del lozano aspecto de la chica muerta ya varios días... como si durmiese... y sigues pensando OMG esto huele a vampiro. Pues sí, vampiros. 
Pero no el vampiro ñoño y soseras que nos han estado vendiendo últimamente, no, el vampiro de toda la vida, cruel, sanguinario, maldito por Dios, etc, todo el lote.
Luego contratan para investigar a un criminólogo que será el verdadero protagonista del libro y este llega a la conclusión de que la muchacha asesinada lo ha sido adrede, es decir, nada accidental, era para robarle el anillo que la chica lucía. 
Y a partir de ahí descubrimos a los personajes malvados, los vampiros, pasa a un flashback histórico (donde hay algún error clamoroso pero perdonable sobre la época medieval, alta edad media, en centroeuropa, pero bueno, vale, es aceptable y soportable. Ahí te cuenta la historia de cómo y por qué existen esos seres malignos. Porque lo son. 
Me gusta el hecho de que no sean vampiros adolescentes, emos, y toda esa estupidez. No, son vampiros clásicos. Aunque haya una historia de amor de por medias, pero... la manera en que lo cuenta deja muy claro que la maldad, el egoísmo, etc no se justifica por amor.

5 Estrellas, pese a la brevedad, es un libro genial y perfecto con el que he pasado unos momentos divertidísimos. Corto, ágil y muy ameno, es un relato que va al grano, critica y concreta lo que significa el consumismo estadounidense en unas fechas tan significativas y sagradas para ellos como son las navidades. 

Acaba de pasar Acción de Gracias, y la familia Krank va a sufrir un cambio, su hija Blair, acaba de terminar la universidad y se ha apuntado a una labor de voluntariado en Perú, estará allí más de un año, por lo que no estará con su familia las próximas navidades.

Luther, el cabeza de familia está harto de lo que representan el gasto, consumismo y la horterada que es la Navidad, sobre todo en su barrio. No estando su querida hija ¿Para qué van a celebrar las Navidades? Nada de colocar árboles, luces, el muñeco hortera de Navidad en el tejado, los dulces, las cenas y la fiesta en su casa. Así que se le ocurre una genial idea, en vez de invertir los más de 6000$ que se gastan cada año, él y su mujer, Nora, se irán diez días de crucero por el Caribe.

Pero ¿Qué pasará en su barrio cuando toda la calle se entere de que los Krank no celebrarán la Navidad, y lo que su decisión ocasionará en el vecindario? La comedia está servida, porque la novela no es si no una chanza y crítica hacia la sociedad estadounidense, y su manera tan hortera de pasar las fiestas, celebrar cenas, regalos, invitaciones, dulces, y sí, las decoraciones tan estrafalarias para presentarse a los concursos del ayuntamiento.

Y la historia será mucho más amena y divertida según pasan los capítulos, porque los Krank se llevarán más de una sorpresa, y al fin y al cabo, lo que se acerca es la Navidad. ¿Triunfará el espíritu de las fiestas? Pues todo esto se sabrá en una novelilla que apenas tiene 170 páginas y que es sencillamente magnífica, ideal para leerla en Navidad, o en cuaquier época. A mí desde luego me ha encantado y la recomiendo, porque la risa la tienes asegurada.