La cacería está a punto de comenzar... y no hay ni un minuto que perder.


Kitty Talbot necesita una fortuna. O, mejor dicho, necesita a un hombre que tenga una. Al fin y al cabo, esto es 1818 y solo los varones cuentan con el privilegio de obtener su propia riqueza.

Con apenas doce semanas para que sus hermanas y ella se queden sin hogar, Kitty tiene una única opción: la temporada social londinense, en la que deberá emplear cada gramo de ingenio que posee para conseguir un marido rico.

Sin embargo, el desconfiado lord Radcliffe está decidido a frustrar sus planes a cualquier precio. Le da igual que la cazafortunas en cuestión tenga una mente ágil, un espíritu inquebrantable y unos ojos con un brillo de lo más interesante.

Por su parte, Kitty tiene claro que no puede perder ni un instante y no permitirá que nadie, ni siquiera un lord, se interponga en su camino.

4 Estrellitas. Si tuviera que definir en una palabra éste libro, sería Delicioso. Una auténtica delicia, no es una joyita ni lo mejor del mercado, pero su sencillez y cómo est�� contado hace las delicias de las lectoras.

Admito que estoy muy susceptible con las nuevas publicaciones de Regencia tras el boom Bridgerton, pero éste libro me ha parecido un acierto dentro del manido mundo del romance histórico.

"Manual para damas cazafortunas" no cuenta nada nuevo, al revés. Digamos que es la típica trama de chica pobre y desesperada necesita marido rico.

Kitty Talbot está hasta arriba de deudas, sus padres han fallecido y ella es la mayor de cinco hermanas. Criadas como señoritas de la baja nobleza no están acostumbradas a la vida de trabajo duro. Si las cinco quieren permanecer unidas en la casa familiar, una debe hacer un muy buen matrimonio, y siendo Kitty la mayor, ella es la que debe sacrificarse por el bien de su familia.

Con el poco dinero de que disponen, Kitty se va a Londres con su tercera hermana Cecily, para intentar encontrar un marido rico. Ambas se alojarán con la tía Dorothy, una amiga de juventud de su madre.

Gracias a Cecily, un día se toparán con la familia De Lacy, y ahí empezará el periplo de las Talbot para codearse con lo mejor de la sociedad. Kitty no busca cazar un noble o alguien socialmente superior a ella, se conforma con que su marido sea rico y pueda saldar sus deudas.

En seguida, Kitty comenzará una amistad con Archie De Lacy que espera que vaya a más, pero será la presencia de su hermano mayor, James, Lord Radcliffe, la que haga que Kitty ponga sus miras en otro lado.

Lord Radcliffe no se engaña con la señorita Talbot y sabe que va a la caza de un marido rico. También sabe que los afectos de su hermano menor no son correspondidos y no dejará que Archie se case con una cazafortunas.

Pronto, Kitty y James comenzarán una diatriba y habrá un choque de voluntades por ver quién consigue y quién no consigue sus objetivos. A cambio de que Kitty deje en paz a Archie, James ayudará a Kitty a entrar en sociedad y le presentará a posibles candidatos que puedan sacar a Kitty de la ruina.

En otras circunstancias un personaje tan mercenario como Kitty no me habría gustado, pero en el fondo es tan sincera y natural, y tan fiel lo que siente por su familia, que no puede caerte mal. Kitty no es egoísta, piensa con practicidad como una mujer de su época y sabe que las mujeres no pueden generar la misma riqueza que los hombres, lo único que les queda es un buen matrimonio.

No diría que el libro me recuerde a otros de Jane Austen, pero sí a muchos de otras escritoras contemporáneas como Julia Quinn, Mary Balogh o Gaelen Foley.

En el fondo, el romance o la falta de éste me ha gustado. No es un libro muy romántico, tal como lo vemos muchas fieles de éste tipo de novelas. De hecho se cuece a fuego muy lento lo que hay entre Kitty y lord Radcliffe, casi hasta el final y aviso de que es novela blanca. Si lo que buscas es pasión, aquí no lo verás.

Lo mejor, los diálogos y enfrentamientos de los protagonistas. Juntos o separados, me han encantado. Además el libro posee un ritmo que no decae en ningún momento, se lee fácil y rápidamente y engancha un montón.

Éste ha sido el debut de Sophie Irwin, pero a mí me ha ganado entera con ésta historia. Muy recomendable, si es lo que buscas o las expectativas que te crea.

Una heroína audaz hereda una fortuna..., pero con condiciones. Cuando la señorita Eliza Balfour se casó con el conde de Somerset, veinte años mayor que ella, fue el evento de la temporada... y poco importó que él no fuera el marido que ella quería. Diez años más tarde, Eliza es viuda, rica, noble y, por primera vez en su vida, libre. Siempre ha cumplido las normas, pero ahora está decidida a hacer lo que le apetezca. Y lo que desea es ir a Bath con su prima Margaret para dedicarse a pintar y a flirtear con el infame lord Melville. Cuando los rumores de su comportamiento llegan a oídos del sobrino de su marido fallecido, que le rompió el corazón hace años, Eliza descubre que la libertad tiene consecuencias. Solo podrá conservar su fortuna si evita todo escándalo... Sin embargo, hay cosas más valiosas que el dinero y Eliza está dispuesta a descubrirlas todas.

4 Estrellitas. Confieso que me daba algo de miedo porque tenía críticas muy dispares, pero el primer libro me gustó y el estilo de la autora, también. Así que no quería atrasar su lectura mucho más.

En el fondo me ha parecido un libro con una historia muy arriesgada, porque puede gustar o no gustar nada, y lo entiendo. A mí me ha sorprendido y en el fondo he quedado satisfecha con los giros que ha planteando Sophie Irwin.

"Manual para damas afortunadas" es el segundo libro de la autora, y no tiene nada que ver con el primer libro, pueden leerse de manera independiente. En él conocemos a unos personajes muy distintos, a Eliza, condesa de Somerset y la libertad que le brinda la vida una vez se convierte en viuda.

Eliza, de soltera Balfour, se casó hace diez años con el conde de Somerset, un hombre veinticinco años mayor que ella, que garantizaba el éxito y la posición de la familia Balfour con este enlace. Eliza siempre había sido la hija buena y obediente, la que tuvo que sacrificar su felicidad por la posición de su familia. Y lo que más sacrificó Eliza, fue su amor juvenil por Oliver, el sobrino de su esposo. Una vez casada con el conde de Somerset, Oliver se alistó en la marina y se fue de Inglaterra.

Han pasado diez años, Eliza ha enviudado y no pudo darle a su esposo un heredero al título; así que Oliver, vuelve a Inglaterra para tomar posesión del título de conde. Eliza lleva diez años sin ver al amor de su vida, una vez vuelve a verlo, siente nostalgia por lo que pudo ser, y sin esperanzas de que pueda haber algo tras haberle roto el corazón. Ese primer encuentro ocurre durante la lectura del testamento de su esposo, donde Eliza descubre que si su comportamiento es intachable, será una mujer muy rica y con muchas propiedades.

La familia de Eliza espera que esta vuelva al seno familiar una vez se lea el testamento. No tiene sentido que Eliza permanezca en la hacienda de los Somerset, cuando hay un nuevo conde, pero Eliza no quiere volver con sus padres, ni mucho menos que le manejen su herencia. Junto con su prima y acompañante, Margaret, planearán irse una temporada a Bath, donde Eliza pueda pensar en qué hacer con su nueva vida de libertad y riqueza.

Bath no es Londres, pero Eliza pasa sus últimos meses de luto disfrutando de todos los placeres inocentes que Bath puede ofrecerle. Allí Eliza conocerá a sus vecinos, y a otros personajes con los que se codeará durante toda la novela, además, por supuesto del conde Melville, un disoluto libertino, que se está escondiendo, junto con su hermana Caroline, del último escándalo que ha provocado.

En seguida, los rumores del comportamiento de Eliza llegan a Oliver, y este partirá a Bath para comprobarlo por sí mismo, y lo que descubrirá, es que sus sentimientos por Eliza siguen tan vivos como estaban hace diez años.

Sin duda el protagonismo del libro lo ha tenido Eliza. Aunque narrado en tercera persona, ella es el referente de todos los capítulos. De los protagonistas masculinos no sabemos nada, salvo la percepción que Eliza tiene de ellos. Para Eliza, Oliver ese el fiel caballero del que se enamoró en su juventud, mientras que lord Melville, es un hombre oscuro y misterioso, mitad británico y mitad hindú, lord Melville es un hombre arruinado que vive de la literatura, tanto él como su hermana, pues los dos son escritores. Pero tras su último escándalo, su mecenas ha retirado sus fondos y quizás Melville necesita cazar una fortuna.

De modo que sí, en esta novela tenemos un triángulo amoroso. Eliza enamorada de dos hombres, y sin poder estar con ninguno. El decoro le recomendaría quedarse con Somerset, el amor sigue muy vivo, pero por parte de la alta sociedad no estaría bien visto que la viuda del anterior conde se case con su sobrino, y por el otro el escandaloso lord Melville, enigmático e irresistible, que tienta a Eliza en cada momento para saborear su libertad, y sobre todo, para que Eliza pueda dedicarse a la pasión que ha mantenido oculta durante una década; la pintura.

¿Con cuál se quedará Eliza? Ese es el quid de la novela, pues no sabes quién es mejor o cuál te gusta más. Por supuesto, en esta crítica no lo voy a desvelar. Me ha gustado la historia, me ha gustado como la ha desarrollado Sophie Irwin, y me ha resultado novedosa por los giros que le ha dado hasta darle el desenlace que necesitaba.

Repito, puedo entender que haya decepcionado, o que no haya sido lo que muchas lectoras esperaban, pero a mí me ha gustado. Me gusta cómo está escrito, me ha gustado la historia y sus protagonistas, pero sobre todo Eliza y como evoluciona durante la novela, de ser esa joven apocada y que sacrificó su felicidad, a ser una mujer libre y feliz y disfrutar de lo que el mundo le tuvo vedado durante esos diez años. En cuanto a los chicos, prefiero no decir nada, creo que merece la pena conocerlos por una misma una vez los leas.

Lo recomiendo si no tienes muchos remilgos y vas abierta a que puede ocurrir cualquier cosa. Para mí, ha funcionado.