Jude tenía siete años cuando sus padres fueron asesinados y, junto con sus dos hermanas, fue trasladada a la traicionera Corte Suprema del Reino Feérico.

Diez años más tarde, lo único que Jude desea, a pesar de ser una mera mortal, es sentir que pertenece a ese lugar. Pero muchos de los habitantes desprecian a los humanos. Especialmente el Príncipe Cardan, el hijo más joven y perverso del Alto Rey.

Para hacerse un hueco en la Corte, Jude deberá enfrentarse a él. Y afrontar las consecuencias. Como resultado, se verá envuelta en las intrigas y engaños del palacio, ademas de descubrir su propia habilidad para el derramamiento de sangre.

Al tiempo que la guerra civil amenaza con arrasar las Cortes Feéricas, Jude se verá obligada a poner en riesgo su propia vida con una peligrosa alianza para tratar de salvar a sus hermanas, y al propio reino.

se ha metido en un buen lío tras liberar a varios prisioneros de la Corte de las Polillas y que Jack el Kelpie es un pequeño traidor

4 estrellas y son todas para Suren.

Qué manera de robarse el protagonismo de la historia.
La verdad es que no iba con expectativas muy altas, porque la serie que precede a esta aunque me acabó gustando, sobre todo el último libro, tampoco fue de mis favoritas. Pero en este caso, la historia de Oak y Suren me ha enganchado desde la primera página.
Si bien es cierto que la trama no tiene mucha complicación, es más bien una introducción a lo que imagino que será el segundo libro, cada uno de los capítulos tenía algo interesante que contar. Y sino lo hacía, el descubrir poco a poco lo que ha sufrido Suren por el camino era más que suficiente para mantenerme enganchada a sus páginas.
La historia comienza con Suren siendo pequeña y viviendo con una familia mortal para luego meternos de lleno con Lady Nore, su madre y cómo fue que llegó a estar sometida a ellos. Y poco a poco la autora nos va contando cómo es que su relación con su familia humana dejó de existir, cómo es que Suren acabó siendo más un animal herido y salvaje que una reina y cómo es que Oak y ella se conocieron más a fondo después de ese encuentro en la Corte de Jude y Cardan.
Y la verdad es que me ha dado mucha penita ver cómo Suren ha sido tratada desde el principio. Tratada como si fuera un monstruo desde pequeña y siendo rechazada por todos cuanto la rodean. Ella misma se ha empezado a ver como alguien de poco valor y que no merece cariño ni afecto aunque a la vez es lo que más desea. Por lo que en cuanto alguien la presta atención y la trata como lo que es, una persona, enseguida desconfía pero a la vez se siente atraída hacia ese trato. Lo que le hace vulnerable.
Y si algo tiene Suren como debilidad, es Oak. Ambos se han querido desde pequeños y han tenido siempre muy buena relación, pero todo cambia cuando éste la encuentra en el mundo mortal malviviendo y la toma como “prisionera” para hacer un intercambio. Su plan es llevar a Suren hacia la Corte de los Dientes, donde vive su madre Lady Nora y hacer que ella le controle (porque tiene ese poder aunque no se vea capaz de llevarle a cabo) y así Oak podrá liberar a su padre, Madoc.
Su relación me ha gustado bastante. Hay química entre ellos, momentos tiernos, momentos divertidos y por supuesto, mucha desconfianza, sobre todo por parte de Suren, que sabe muy bien que uno de los poderes de Oak es ser totalmente encantador y conseguir que hagas lo que quieras.
No digo nada más para no hacer spoilers, pero creo que la idea que quería expresar más o menos se ha entendido.

Suren ES el libro y aunque Oak también tiene sus secretos y su pasado, si seguía leyendo, era sobre todo por ella. Sobre todo después de este final. Deseando de saber qué pasa a continuación. Lástima que haya que esperar hasta el siguiente.