3 Estrellas y porque me esperaba algo mucho peor viendo los comentarios y, sinceramente, esta serie no está caracterizada ni por ser buena ni por tener cierto tipo de calidad, pero es tan simple y sencilla que engancha y se lee sola.

La gran pega que puedo ponerle a “El chico de una noche” es que es un relato corto, y como esto indica, es excesivamente corto; cosa que me da mucha pena, porque todo ocurre muy rápido, muy superficial, apenas te das cuenta cuando llevas tres cuartas partes del libro y sientes que le falta profundidad. A ver, hay relatos cortos que si están bien para la extensión que se les destina, pero la historia de Gabe y Sandra, a los que conocimos en el anterior libro, no daba para un relato corto, ésa es la pena, que ellos merecían una novela.

No es mucho lo que ocurre en éste relato, salvo lo que conocíamos de ellos. Sandra es la secretaria de Sawyer, y desde que empezó a trabajar para él, ha estado enamorada de Gabe Laurent, el director financiero de la empresa y mejor amigo de su jefe. Pero Gabe es tan imponente, sexy, e inalcanzable, que Sandra no cree estar a la altura de alguien como él. Sandra es una chica seria y responsable que se toma muy en serio su trabajo, pero también es tímida e insegura debido a un incidente de su pasado.

Gabe es un hombre que ha llegado a su puesto gracias a su inteligencia y a sus relación con Sawyer. También es un hombre seguro de sí mismo, que sabe lo que quiere, conoce su atractivo y su potencial y sabe que nunca le faltarán chicas cuando él las quiera, es guapo y rico ¿Qué más le hace falta? A mi entender modestia y humildad, es un poquito lo que le falta.

Al principio del libro, Gabe se entera de que Sandra está coladita por él, y aunque él no ha querido darse cuenta, pues pensaba que le disgustaba a Sandra, él mismo se sorprende cuando comprende que en el fondo la desea, es una chica dulce y atractiva ¿Cómo no iba a fijarse en ella? ¡Ah, sí! Porque Sawyer se lo tiene prohibido. Pero gracias a lo que ocurre en “El chico perfecto” sabemos que algo más ocurrirá entre Gabe y Sandra después de la celebración de Nochevieja.

Poco más puedo decir de un relato que no tiene ni cien páginas. Es un poco lo que describo, con unos protas en cierto modo atractivos, pero debo decir que he empatizado profundamente con Sandra, y Gabe, bueno, no le hace falta abuela. Su relación empieza en un visto y no visto, y quizás ha sido lo que me ha sabido a poco, que todo ocurre demasiado rápido y no llegas a entender cuándo pasan del deseo y la atracción al amor, sobre todo por parte de Gabe, porque Sandra la pobre ya estaba enamorada de él; pero me ha faltado un poquito más de Gabe.

Por lo demás, al igual que los anteriores libros, es rápido, conciso y se lee en un suspiro. Peca de tener un lenguaje bastante vulgar y guarrete, no creo que éstas sean unas novelas cien por cien eróticas, pero están bastante subidas de tono; al principio ves mucha química entre los protas y eso es lo que mejor funciona, pero a diferencia de los otros libros, ésta historia sí me ha parecido realista, sí puedo creérmela, sobre todo por las fases que pasa Sandra, sus sentimientos y su comportamiento delante de Gabe y cómo lleva su relación con él. 

Así que el problema con este relato, es que es un relato y me hubiese gustado ver más desarrollo y profundidad en la historia de Gabe y Sandra. Aún así y como me queda poco, creo que no tardaré en leer el siguiente y último libro, y así daré otra serie por finiquitada.