3 Estrellas. Dado el recorrido que llevo últimamente por libros bastante maluchos, me he llevado una grata sorpresa leyendo este librito medieval. Es lo primero que leo de Blythe Gifford, y creo que no será lo último.

“Secretos en la corte” es el primer libro de la serie Bodas Reales, aunque ninguno de nuestros protagonistas son príncipes. En realidad los personajes de éste libro son Nicholas Lovayne y Anne de Stramford. La historia ocurre en 1361, a mitad de reinado de Eduardo III, en plena guerra de los cien años, y poco después de la temida oleada de peste negra que asoló Europa.

Nicholas Lovayne es un soldado inglés, que goza de la confianza del príncipe heredero, Eduardo, el Príncipe Negro, y acaba de volver de Avignon de una misión que le encomendó el príncipe. Anne de Stamford es la camarera personal de la condesa Joan de Kent, la futura esposa del Príncipe Negro. Anne es una dama con una grave tara física para la época, y si ha sobrevivido fue por los cuidados de su madre, por entonces dama personal de la reina Felipa, y por un terrible secreto que guarda sobre su ama, Joan de Kent.

Lo que más he disfrutado de ésta novela, es que la historia de trasfondo está basada en la historia real, como las crónicas cuentan que ocurrió, pero también con cosecha propia de la historia. Como fuere, parece ser que Joan o Juana de Kent debió ser un portento en su época: desposada en secreto a los doce años, su marido Thomas Holland desapareció cuando fue a la guerra, y su familia la casó con el conde de Salisbury. A los pocos años, Thomas Holland volvió vivo y reclamando a su esposa, por lo que su matrimonio con Salisbury fue invalidado y Juana y Thomas vivieron felices hasta la muerte de este. Eso no fue todo, si no que a los pocos meses de enviudar, Juana volvió a casarse en secreto también con el heredero del trono inglés, Eduardo, el Príncipe Negro.

Este libro empieza con ésta última boda clandestina, con Anne de Stamford como testigo de dicho matrimonio. Nicholas Lovayne acaba de volver de Avignon con la respuesta del papa para que ése matrimonio pueda ser válido, pues en el historial de Juana, o Joan no está del todo limpio, debido a sus matrimonios clandestinos y también por la consanguinidad, Joan y Eduardo tuvieron el mismo abuelo. La respuesta del papa, es que sólo el arzobispo de Canterbury tendrá la última opinión sobre el asunto, si entre sus documentos se encuentra el acta de matrimonio de la primera boda de Joan y la disolución de su matrimonio con Salisbury.

Anne, como amiga y confidente de lady Joan, deberá vigilar a Nicholas, el mensajero de Eduardo, para que no averigüe la verdad sobre los secretos de lady Joan, y que procure que todo sea como debe ser. De modo que en esta historia, el papel de Anne será el de entretener, a la vez que desvirtuar las preguntas de Nicholas para que los secretos no salgan a la luz.

El romance entre los protagonistas tarda en aparecer debido a las circunstancias de ambos. Nicholas es un hombre solitario, hecho por y para la guerra, y sólo desea librarse de sus deberes para con el príncipe y poder volver a las campañas de Francia. Nunca tuvo problemas para encontrar mujeres, pero sí supo desde el principio que no podía fiarse de ellas, tras el destrozado segundo matrimonio de su padre, Nicholas no quiere ni desea caer en brazos de una mujer traidora y manipuladora.

Por el contrario, Anne anhela conocer el amor, pero debido a su tara sabe que es difícil que eso pueda aplicarse a ella, Anne ha sobrevivido gracias a su madre, y a los secretos que sabe referentes a su señora, pero a parte de ello, es un ser invisible en la corte. Por eso, cuando hay alguna oportunidad entre ella y Nicholas, Anne la aprovecha, atesorándola, y sabiendo que no tendrá mucho más de él en el futuro. Y el problema no es ese, si no que sabe que está mintiendo y traicionando a Nicholas, por guardar el secreto de lady Joan.

No puedo contar mucho más, porque sería desvelar la trama del libro, pero sí diré que para ser un harlequin me ha gustado mucho. Me han gustado los personajes, la trama, y sí, al final el romance. No es una historia para tirar cohetes, pero sí ha sido muy entretenida, y si algo negativo puedo ponerle ha sido el personaje de Lady Joan, porque más que un personaje es una personaja y una tiparraca, mala malísima y una vívora. No sé si en la vida real Juana de Kent fue así, pero con tal de ser princesa, reina y también madre de un futuro rey, estoy segura de que algo debió haber.