09.10.15

Mary was up on her tiptoes, leaning over the top of the bureau, trying to put a pearl stud into her earlobe and missing the hole. With her head titled to the side, her deep brown hair flowed over her shoulder, and man, he just wanted to stroke the stuff. And what do you know that wasn't the only thing he wanted to get his hands on. The clean cut of her jaw caught and held the light from the crystal sconce on the wall and her cream silk blouse draped over her breasts and her slacks fell to her flats. No make up on her. No perfume.
But that would be like touching up the Mona Lisa or hitting a rose bush with some Febreeze.
There were a hundred thousand ways to detail his mate's physical attributes and not one single sentence, or indeed an entire book, that could come close to describing her presence.
She was the watch on his wrist, the roast beef when he was starving, and the pitcher of lemonade when he was thirsty. She was his chapel and his choir, the mountain range to his wanderlust, the library for his curiosity and every sunrise and sunset that ever was or would ever be. With one look or the mere syllable of a word, she had the power to transform his mood, giving him flight even as his feet stayed on the ground. With a single touch, she could chain his inner dragon, or make him come before he was even hard. She was all the power in the universe coalesced into a living, breathing thing, the miracle that he had been granted in spite of the fact that he had long been undeserving.
Quite simply, Mary was his life.
Yeah... even after all this time, he was still feelin' her.
-The Beast, pg. 8 of the manuscript

Mary estaba de puntillas, inclinándose sobre la cima del tocador, intentando ponerse un pendiente de perla en el lóbulo y fallando con el agujero. Con su cabeza inclinada hacia un lado, su cabello castaño profundo se derramaba sobre su hombro, y tío, él solo quería acariciarlo. Y mira tú que no era lo único sobre lo que quería poner sus manos. El corte limpio de su mandíbula atrapaba y sostenía la luz del candelabro de cristal en la pared y su blusa de seda color crema se acomodaba sobre sus pechos y sus pantalones caían hasta sus tacones bajos. Sin maquillaje. Sin perfume.
Pero eso sería como meter mano a la Mona Lisa o golpear un rosal con un ambientador Febreeze.
Había cien mil maneras de detallar los atributos físicos de su compañera y ni una simple frase, o mejor dicho ni un libro entero, que pudiese acercarse a describir su presencia.
Era el reloj en su muñeca, la carne asada cuando estaba hambriento y la jarra de limonada cuando estaba sediento. Era su capilla y su coro, la cordillera montañosa de sus ganas de viajar, la biblioteca de su curiosidad y cada amanecer y atardecer que alguna vez fue o sería. Con una mirada o la mera sílaba de una palabra, tenía el poder de transformar su humor, haciéndole volar aun cuando sus pies permanecían en el suelo. Con un simple toque, podía encadenar a su dragón interior, o hacerle correrse antes de estar siquiera duro. Era todo el poder del universo fusionándose en algo que vivía y respiraba, el milagro que se le había concedido a pesar del hecho de que había sido mucho tiempo inmerecido.
Sencillamente, Mary era su vida.
Sip… incluso después de todo este tiempo, ella todavía le llegaba.
-The Beast, pg. 8 del manuscrito

01.01.16

[Trocito no legible]
-El asesinato puede ser tuyo. -dijo Butch.
-Nos lo llevamos con nosotros. Hablamos con el bastardo, conseguimos el [...]. Pero es tuyo Tohr. Nadie más va a conseguir el disparo final excepto tú.
Phury asintió.
-V tiene razón. Le matas ahora y perdemos el interrogatorio. Sé lógico sobre esto, Tohr.
Vishous miró alrededor. Los cuatro habían vuelto al campus con la idea de apuñalar a tantos como pudiesen enviar de vuelta al Omega y limpiar lo que fuesen capaces... pero este pequeño descubrimiento había cambiado el meta inmediata.
-Butch, condúcelo de vuelta al Hummer. Ahora. -V sacudió su cabeza hacia Tohr-. Y no, no vas con él como respaldo.
-Me has entendido mal -dijo Tohr, gravemente.
-¿En serio? ¿Eres consciente de que tienes una daga en tu mano? ¿No? -Cuando su hermano miró hacia abajo sorprendido, V sacudió la cabeza. No creas que estoy equivocado. Te quedas con nosotros, Tohr. El poli lo tiene controlado.
-Voy a llamar a Qhuinn y Blay -dijo Butch mientras sacaba el teléfono-. Les quiero conmigo.
-Y eso es por lo que te quiero. -murmuró V mientras mantenía un ojo en Tohr.
El Hermano todavía no había guardado la daga. Y eso estaba bien. Tan pronto como Xcor estuviese fuera de aquí, V se aseguraría de que Tohr le diese buen uso a ese impulso asesino.
Un momento más tarde, Qhuinn y Blay se materializaron y ambos maldijeron cuando vieron la cara fea y llena de cicatrices que les miraba ciegamente desde ese cuerpo inerte.
Butch hizo un trabajo rápido esposando a Xcor, y luego él y Qhuinn levantaron al bastardo llevándolo como un saco de patatas hacia el monstruo negro a prueba de balas... [fin]
-The Beast, borrador

05.02.16

Mary tripped over something -oh, God, it was a lesser that was missing an arm- and kept going, blowing another whistle. And a third-
The beast froze, his flanks pumping in and out, purple scales flashing in the darkness as if the thing were lit from within by an electrical source.
The fourth whistle brought its head around.
Slowling her run, Mary cupped her hands to her mouth. "Come here! Come on, boy!"
Like the beast was just the world's largest dog.
The dragon let out a chuff and then blew through its nostrils, the sound something between a whoopee cushion and a jet engine taking off.
"Come here, you!" she said. "Leave that alone. It's not yours..."
-THE BEAST, (pp. itsasecret)

Mary tropezó sobre algo -oh, Dios, era un lesser que había perdido un brazo- y continuó, soltando otro silbido. Y un tercero...
La bestia se congeló, sus flancos bombeando dentro y fuera, las escamas púrpuras destellando en la oscuridad como si hubiesen sido encendidas desde dentro por una fuente eléctrica.
El cuarto silbido le hizo girar la cabeza.
Ralentizando su carrera, Mary ahuecó las manos alrededor de la boca.
-¡Ven aquí! ¡Ven aquí, chico!
Como si la bestia solo fuese el perro más grande del mundo.
El dragón dejó salir chú-chú y luego resopló a través de sus fosas nasales, el sonido algo entre un cojín de pedorretas y el motor de un jet despegando.
-¡Tú, ven aquí! -dijo ella-. Deja eso. No es tuyo...
-THE BEAST, (pag. esunsecreto)

Escuela para señoritas Brownswick, Caldwell, NY

Hormigas bajo la piel.
Mientras Rhage transfería su peso de una shitkicker a la otra, sentía como su torrente sanguíneo se había convertido en un hervidero suave y las burbujas estaban cosquilleando el fondo de cada centímetro cuadrado de su piel. Y eso no era ni la mitad. Fibras musculares aleatorias fallaban por todo su cuerpo, los espasmos haciendo que sus dedos se crisparan, las rodillas se sacudiesen, los hombros se tensasen como si estuviese a punto de golpear algo con una raqueta.
Por la millonésima vez desde que se había materializado en su posición, hizo un barrido del prado andrajoso y descuidado delante. En el pasado, cuando la Escuela para señoritas Brownswick había sido una entidad en uso, el campo frente a él había sido sin duda un césped ondulante que era bien segado en primavera y verano, deshojado en otoño y cubierto de nieve como un bonito libro de niños en invierno. Ahora, como un campo infernal de fútbol americano de toques, salpicado y enmarañado con maleza retorcida que podía hacer más que solo daño estético a la entrepierna de un tipo, pimpollos que eran los hijastros feos y deformes de los más maduros arces y robles, y césped largo y marrón del tardío octubre que podía ponerte la zancadilla como una pequeña zorra si intentabas correr a toda velocidad.
Asimismo, los edificios de ladrillo, los cuales habían protegido y provisto áreas de enseñanza a los hijos de una élite privilegiada, estaban envejeciendo mal sin el mantenimiento regular: ventanas rotas, puertas pudriéndose, postigos torcidos abriéndose y cerrándose por el viento frío como si los fantasmas no pudiesen decidir si querían ser vistos o solo oídos.
Era el campus del Club de los Poetas Muertos. Asumiendo que todo el mundo hubiese hecho las maletas después de que la película hubiese sido rodada en 1988 y nadie hubiese tocado la jodida cosa desde entonces.
Pero las instalaciones no estaban vacías.
Cuando Rhage inhaló profundamente, su arcada empujó un par de veces en la parte de atrás de su garganta. Se ocultaban tantos lessers en los dormitorios y clases abandonados que era imposible separar los olores individuales del hedor de entumecimiento sinusal en su conjunto. Cristo, era como poner tu cara en un cubo de cebo e inhalar como si el mundo estuviese a punto de quedarse sin oxígeno.
Asumiendo que alguien hubiese añadido polvos de talco de bebé a las cabezas de pescado y el pringue del día anterior.
Por ese dulce final, no lo sabías.
Mientras su piel hacía otro meneo—meneo, le dijo a su maldición que retuviese sus hola—nanas, que joder sí, iba a dejar que se liberase de la cadena esta noche. Ni siquiera iba intentar mantener a la maldita cosa dentro –de todas formas, no es que intentar tirar un balde de agua fría sobre los frenos fuese exitoso— y considerando que dar a la bestia riendas sueltas no era siempre lo mejor, esta noche iba a ser una buena ofensiva. ¿A cuántos lessers se enfrentaba la Hermandad de la Daga Negra esta noche? ¿Cincuenta? ¿Ciento cincuenta?
Había demasiado que manejar, incluso para ellos… así que, sip, este pequeño… regalo… de la Virgen Escriba iba a venirles bien.
Hablando de tu viva imagen fuera de la ciudad. Más o menos un siglo atrás, la Madre de la Raza le había dado su sistema personal de abandonar la carretera, un programa de modificación del comportamiento que era tan onerosa, tan desagradable, tan arrolladora que, de hecho, consiguió traerle de vuelta desde el umbral del imbécil total. Cortesía del dragón, a menos que manejase sus niveles de energía apropiadamente y moderara sus emociones, el infierno se liberaba.
Literalmente.
En el curso del último siglo, había convertido en un gran éxito asegurarse de que la cosa no se comía a sus más cercanos y queridos, o hacía que saliesen en las noticias de la noche con un titular tipo “Jurassic Park Está Vivo”. Pero con lo que él y sus hermanos se estaban enfrentando ahora… ¿y lo aislado que estaba este campus? Si eran afortunados, el gran bastardo con escamas púrpuras, con los dientes de motosierra y el hambre lobuna iba a conseguir su entrada al restaurante Nobu. Aunque, de nuevo, una dieta solo a base de lesser era lo que estaban buscando.
No hermanos como Hot Pockets, por favor. Y no humanos como tapas o postre, muchísimas gracias.
Lo último era más discreción que afecto. La mierda sabía que esas ratas sin cola nunca iban a ninguna parte sin dos cosas: media docena de colegas capullos, evolutivamente inferiores y nocturnamente codependientes, y sus malditos teléfonos móviles. Tío, YouTube era un absoluto dolor en el culo cuando querías mantener tu guerra con los no muertos en secreto. Durante casi doscientos años, la guerra de los vampiros contra la Sociedad Lessening del Omega no había sido asunto de nadie más excepto los combatientes involucrados, y el hecho de que los humanos no podían seguir con sus competencias básicas de arruinar el ambiente y decirse los unos a los otros que pensar y decir, era una de las razones por las que los odiaba.
Jodido Internet.
Cambiando la marcha para no desatarse demasiado pronto, Rhage enfocó su visión GoPro hacia un macho refugiándose a unos seis metros más allá de él. Assail, hijo de Quienfuera—el—Cabrón, iba vestido de negro estilo séquito funeral, su pelo oscuro a estilo Dracula no requería camuflaje, su cara hermosa—como—el—pecado arrugada tan tensa con asesinato que tenías que respetar al tipo. Hablando de un giro sólido de ciento ochenta grados. El traficante de drogas había aparecido ante la Hermandad, haciendo buen uso de su promesa de cortar lazos de negocios con la Sociedad Lessening entregando la cabeza del Fore—lesser en una caja a los pies de Wrath. También había divulgado la localización de este escondite que los asesinos habían estado utilizando como sede. Yyyyy así es como todos habían acabado aquí, locos de atar en la vegetación exuberante, esperando que la cuenta atrás de sus relojes sincronizados por V golpease el 0:00.
Pero este ataque no era un acercamiento de mierda y perdigones al enemigo. Después de un número de noches… y días, gracias a Lassiter, a.k.a. 00caraculo, haciendo misión de reconocimiento durante las horas de sol… el ataque estaba apropiadamente coordinado, escenificado y preparado para la ejecución. Todos los guerreros estaban allí: Z y Phury, Butch y V, Tohr y John Matthew, Qhuinn y Blay, así como Assail y sus dos primos, Colmillo I y II. Porque a quién le importaba cuales eran sus nombres siempre y cuando se presentasen armados con suficiente munición. El personal médico de la Hermandad estaba también en espera en el área, con Manny en su OR móvil aproximadamente a un kilómetro y medio de allí y Jane y Ehlena en una de las furgonetas en un radio de más de tres kilómetros. Rhage comprobó su reloj. Seis minutos y cambio. Cuando su ojo izquierdo empezó con el baile de san vito, maldijo. ¿Cómo coño iba a mantener su posición tanto tiempo?
Desnudando sus colmillos, exhaló a través de la nariz, sopló dos corrientes gemelas de aliento condensado que eran nada menos que el aviso de la carga de un toro.
Cristo, no podía recordar la última vez que estuvo tan vivo. Y no quería pensar en el por qué. De hecho, ¿había estado evitando toda la cosa del por qué durante cuánto tiempo? Desde que Mary y él habían alcanzado esta extraña etapa difícil y él había empezado a sentirse…
—Rhage.
Su nombre había sido susurrado tan suavemente que se giró, porque no estaba seguro si su subconsciente había decidido empezar a hablarle. Nope. Era Vishous… y dada la expresión de su hermano, Rhage habría preferido marcarse una doble personalidad. Esos ojos diamantinos estaban llameando con una mala luz. Y esos tatuajes alrededor de su sien no estaban ayudando.
La perilla era neutral… a menos que lo evaluases como estilo. En tal caso, el cabrón era una parodia de proporciones Rogaine.
Rhage sacudió la cabeza.
—No deberías ponerte en posición…
—He visto esta noche.
Oh, diablos, no, pensó Rhage. Nope. No me vas a hacer esto justo ahora, hermano mío.
Alejándose, murmuró,
—Ahórrame el Premio Vincent, ¿de acuerdo? O lo estás intentando por el tipo que hace el doblaje en el tráiler de la película…
—Rhage.
—…porque tienes un futuro en eso. “En un mundo… donde la gente necesita… callarse y hacer su trabajo…”
—Rhage.
Cuando no le devolvió la mirada, V le rodeó y levantó la vista hacia él, esos jodidos ojos pálidos un par de explosiones nucleares gemelas que llevaban un hongo nuclear adelante y atrás.
—Quiero que vayas a casa. Ahora.
Rhage abrió la boca. La cerró de golpe. La abrió de nuevo… y tuvo que recordarse mantener la voz baja.
—Mira, no es un buen momento para un giro de ciento ochenta grados en tu sede de mierda psíquica…
El hermano agarró de golpe su brazo y apretó.
—Ves a casa. No estoy jodiéndote.
Terror frío barrió a través de las venas de Rhage, tocando fondo en su temperatura corporal… y aun así sacudió la cabeza otra vez.
—Vete a la mierda, Vishous. En serio.
No, gracias, pensó Rhage. Ya he alcanzado la oficina.
No estaba interesado en probar más de la magia de la Virgen Escriba. No estaba…
—Vas a morir esta noche, joder.

-THE BEAST, Capítulo 1

“Personally, I like to mix and match--I prefer to get a couple of milk shakes, a banana split ... a sundae or two. Then I top it off with a mocha chip in a cone. I don't know why. I guess that's like the dinner mint at the end of a meal to me. Know what I mean?"
Mary had to turn around again. Bitty was looking forward, her brows super-high, her little face the picture of surprise.
"He's not kidding," Mary murmured. "Even if you're not into the ice cream, watching him eat all that is something to see.”
-THE BEAST

-Personalmente, me gusta mezclar y combinar… prefiero conseguir un par de batidos, un banana split... un sundae o dos. Entonces lo completo con un chip de moca en un cono. No sé por qué. Imagino que es como la joya de la cena al final de una comida para mí. ¿Sabes lo que quiero decir?
Mary tuvo que girarse. Bitty estaba mirando hacia delante, sus cejas súper levantadas, su carita la imagen de la sorpresa.
-No está bromeando –murmuró Mary-. Incluso si no eres de helado, verle comer todo eso es algo para ver.
-THE BEAST

“I'll give them my number, too. And my brother Vishous made sure we have the best reception and service in the city. No dead zones. Unless you're around Lassiter, and that's more of a mental thing than anything about cellular networks."
"Um ... Lassiter?" Bitty said.
Rhage nodded. "Yeah, he's this pain in the ass--oh, shit--I mean, sorry, I shouldn't say ass around you, should I? Or shit. And all those other bad words." He poked himself in the head. "I gotta remember that, gotta remember that. Anyway, Lassiter's a fallen angel who we've somehow gotten stuck with. He's like gum on the bottom of your shoe. 'Cept he doesn't smell like strawberries, he hogs the T.V. remote, and on a regular basis. you think to yourself, Is that really the best the Creator could do with an immortal? The guy has the worst taste in television--I mean, the only saving grace is that he isn't addicted to Bonanza ...have you ever watched twelve straight hours of Saved by the Bell? Okay, fine, it was probably only seven, and it wasn't like I couldn't have left--my God, I tell you, though, it's a wonder I escaped with my ability to put my pants on one leg at a time still intact ...”
-THE BEAST

-También les daré mi número. Y mi hermano Vishous se asegurará de que tengamos la mejor recepción y el mejor servicio de la ciudad. Sin áreas sin cobertura. A menos que estés alrededor de Lassiter, y eso es más algo mental que nada relacionado con una red móvil.
-Um… ¿Lassiter? –dijo Bitty.
Rhage asintió.
-Seh, es ese dolor en el culo… oh, mierda… quiero decir, perdón, no debería decir culo a tu alrededor, ¿verdad? O mierda. Y todas esas otras palabrotas. –Se dio un golpecito a sí mismo en la cabeza-. Tendré que recordar eso, tendré que recordar eso. De cualquier forma, Lassiter es un ángel caído que nos han encasquetado de alguna manera. Es como chicle en la suela de tu zapato. Excepto que no huele a fresas, acapara el mando de la TV, y regularmente, piensas para ti mismo, ¿realmente es eso lo mejor que el Creador podía hacer con un inmortal? El tipo tiene el peor gusto en televisión… quiero decir, lo único que lo salva es que no es adicto a Bonanza… ¿has visto alguna vez doce horas seguidas de Salvados por la campana? De acuerdo, bueno, probablemente solo fueron siete, y no fue como si no pudiese haberme ido… Dios mío, aunque te digo, es un milagro que escapase con la habilidad de ponerme los pantalones en una pierna y luego la otra aún intacta…
-THE BEAST

“Rhage! You have a dragon! A pet dragon! I got to rub his tummy!”

-¡Rhage! ¡Tienes un dragón! ¡Un dragón mascota! ¡He conseguido frotar su panza!

-Yo también te amo. -Él le metió el cabello detrás de la oreja y masajeó sus hombros-. Y Mary… todo va a salir bien, te lo prometo.
-Podrían no dejarnos tenerla. Incluso si nos quiere.
-¿Por qué?
-Sabes por qué. No somos exactamente ‘normales’, Rhage.
-¿Quién lo es?
— The Beast, pg. 351



Cuando V desnudó sus colmillos, Rhage sacudió la cabeza.
-Podrías querer repensarte la actitud. Parece como si mi hermano quisiese convertirte en confeti.
-¿Y bien? -presionó Throe-. ¿Le habéis mandado a seducirme? Habríais tenido más suerte con una hembra… no es que fueseis a descubrir algo con el esfuerzo. Me he retirado de todo conflicto.
-Has arriesgado tu vida -dijo V- para enviar este mensaje ¿verdad?
-Pensé que significaría más si lo hacía en persona.
-Sobreestimas enormemente tu atracción. O la importancia de tu orientación sexual.
— THE BEAST, pg. 318-319

Como se cargue a alguien más se cava su propia tumba laboral.