Cositas malas: Lady Aurora Dremming. Ella. Empieza toda escena erótica (y hay unas cuantas que es Nicole Jordan) con un "No, no ¡Fuera!"...En tooooodas y cada una de ellas.

Diálogo de ejemplo:

Ella (señalando la ventana de su dormitorio): ¡Largo!
Nicholas (encogiendo sus bien torneados hombros): ¿Porqué, sirena? Estamos casados y me pones. De veras...

La besa entre apasionada y tiernamente. Ella en realidad está loquita porque Nick se la lleve al huerto, así que no pasa ni un segundo hasta que se deshace como miel entre sus brazos. Se da una escena erótica de altísimo voltaje con activa participación de ambos.

Ella (mordiéndose el labio y con los ojos en blanco): No, Dios mío...no más de esto, no más...¡LA ÚLTIMA VEZ!

Pero mujer...¿'Tas tonta?

Al principio del libro es normal que quisieras deshacerte del hombre, que ni lo conocías ni ná, pero hija 'pía'...¿a la séptima vez que ya os habéis encamado también?

Me ofende profundamente que semejante hombre se vea obligado a pasar el resto de su vida con esa señora que será muy guapa, pero que le pone varias veces en el último lugar...

Una increíble pasión arderá entre la hija de un Duque y un capitán americano condenado a la horca.
Para evitar casarse con un hombre despreciable que le dobla la edad, después de que su prometido muriera en la guerra, Lady Aurora Demming viaja, junto con su hermanastro, hacia las colonias.

Allí conocerá a Nicholas Sabine, capitán de un barco americano acusado de traición y piratería que ha sido condenado a morir en la horca al día siguiente. Desde el primer momento que ve sus ojos, intenta salvarlo, aunque poco puede hacer en su posición.
Pero Nicholas la dejará asombrada cuando la pide un extraño favor: que se case con él, para convertirse en su viuda, y hacerse cargo de su hermana pequeña ya que, en el momento en que le ejecuten, ésta se quedará sin nadie que la cuide.

Aurora acepta, en parte intrigada por este hombre y en parte para poder eludir el matrimonio que la han concertado. Pero esta unión no sólo es un acuerdo, necesita consumarse para evitar que pueda anularse. Así que ambos se convierten en marido y mujer durante un día… y una gloriosa noche.

Una vez viuda, Aurora regresa a Londres con la hermana de Nicholas bajo su cuidado, la fortuna que le ha dejado su difunto marido y un montón de recuerdos de la noche que pasaron juntos.
Pero lo que nadie sabe es que Nicholas no ha muerto. Con la ayuda de su cuñado consiguió eludir la horca y esconderse. Ahora, ha regresado de entre los muertos, e insistirá en que Aurora honre sus votos… atormentándola en sus sueños con promesas de un deseo prohibido.