Tres amigas...tres deseos secretos...tres oportunidades para hacerlos realidad.

Son tres amigas inseparables que se deleitan compartiendo sus aventuras y secretos. Pero su última apuesta será la más arriesgada de todas: cada una debe acostarse con cualquier hombre que las otras dos escojan para ella... y luego relatar todos y cada uno de los jugosos detalles.

Salvaje

Abby se casó con el chico malo de la escuela. Él vivía de acuerdo con su reputación, acostándose con cualquier mujer que se le cruzara en el camino. Ahora ha comenzado una nueva vida en la que los hombres no tienen cabida... en teoría, ya que no contaba con un par de sexys veterinarios en busca de realizar su propia fantasía.

Perversa

Blair es la rompecorazones del grupo. Temerosa de comprometerse, ha roto ya tres compromisos. Aun así, hay un hombre con el que nunca ha tenido el coraje de acostarse. El único hombre al que realmente ama. Pero ahora la decisión ya no está en sus manos.

Atrevida

Callie es la más sensible de las tres, una autentica romántica con el corazón roto. Ha llegado la hora de que sus dormidas fantasías empiecen a hacerse realidad. Un nuevo hombre, absolutamente irresistible, entrará en su vida...

Volver a la calurosa y seductora Magnolia, en Carolina del Sur, es la última cosa que Jordan Weston querría hacer. Pero tras la muerte de su abuela, Jordan hereda la casa familiar, Belle Coeur, cuya venta le permitirá llevar a cabo su sueño: abrir su propio teatro en Nueva York.

Pero el tiempo no es lo único seductor de Magnolia. Jordan se ve obligada a contratar a Sam Tanner para que repare la antigua casa; el chico por el que Jordan había estado coladita en sus años de instituto, cuando él era el chico malo y ella la friki de teatro. De hecho, llegó a besarla una vez, encendiendo con ello sus fantasías de adolescente, para luego reírse de ella cuando echó a correr. Pese a sus esfuerzos por resistirse a sus encantos, Sam no le da tregua, sino todo lo contrario: le deja perfectamente claro que, esta vez, no va a dejar que salga corriendo.

Pero su decisión de mantenerse apartada de Sam se derrite bajo el sol abrasador de Carolina del sur y acaba cediendo al deseo. Al fin y al cabo, ¿qué mejor manera que pasar el tiempo en la sensual Magnolia que cediendo a las sesiones de sexo erótico con el chico malo de sus sueños? En cuanto Belle Coeur estuviera acabada, Jordan volvería a Nueva York y se olvidaría de Sam. Ay, si su corazón dejara de soñar tontamente.