Abigail Carrington parte rumbo a Inglaterra para casarse con Michael Ingram, a quien ama desde su infancia. Sin embargo, el hombre que la espera ante el altar es un desconocido, que se apresura a casarse con ella y después la abandona. Sólo la pasión de sus besos le hace albergar la esperanza de que el suyo no ha sido un matrimonio de conveniencia.

Por su parte, Michael apenas guarda un vago recuerdo de aquella niña mimada, y se lamenta de haber aceptado casarse con ella para poder salvar su patrimonio familiar. Pero por más que se propone ignorarla, su belleza lo tienta y sus encantos lo envenenan. Michael se esfuerza por apartarse de ella, hasta que está a punto de perderla. Es entonces cuando decide recobrar su amor antes de que sea demasiado tarde...

Alexander Christian, duque de Sutherland, ha hecho un paréntesis en las enormes responsabilidades que acarrean su título y su fortuna familiar. En su remoto pabellón de caza conoce a Lauren, una bella mujer a la que toma por una campesina y de la que se enamora al instante.

Alexander hace todo lo posible por volver a ver a aquella misteriosa mujer durante las semanas que le quedan antes de regresar a la ciudad para atender su compromiso de boda. La atracción y la afinidad entre ellos crece día a día, y Alexander no puede reprimir sus impulsos y la besa, consciente de que no volverá a verla jamás.

Ambos tratan de olvidarse, hasta que vuelven a coincidir en un baile en Londres, y allí descubren sus verdaderas identidades. Alexander está locamente enamorado de Lauren, pero ¿arriesgará todo por estar con ese ángel tentador que enciende su sangre y domina sus sentidos?

Tras provocar la muerte de su primo en un duelo, Adrian Spence regresa a la mansión de Kealing en busca de un poco de paz. Sin embargo, el joven aristócrata ha colmado la paciencia de su padre y, en vez de consuelo, recibe la noticia de que será desheredado en beneficio de su hermano menor. El despechado aristócrata se siente herido e indignado al descubrir la intención de su hermano de desposar a Lady Lilliana Dashell. Y Adrian, sin pensarlo dos veces, decide cobrarse su revancha, presentándose ante la familia de la muchacha con una oferta de matrimonio que resulta imposible de rechazar. Consumada la venganza, Lord Albright se cree victorioso. Pero se equivoca. Lilliana no es una mujer cualquiera. Y, por primera vez, el orgulloso caballero sabrá lo que es sentir... un verdadero amor.

Eran amigos inseparables. En los círculos aristócratas de Londres les conocían como “los libertinos de Regent Street”. Pero la muerte de uno de ellos, Phillip Rothenbow, cambió sus vidas para siempre.

Adrian Spence, lord Albright, buscó la paz hasta hallarla en brazos de lady Lilliana Dashell en Un caballero peligroso.

Pero ¿qué hicieron el resto? ¿Qué fue de Julian Dane, el eterno compañero de fiestas de Phillip?
Julian es el apuesto e irresistible seductor por el que todas las damas de la alta sociedad londinense suspiran. Ni siquiera la tremenda muerte de Phillip ha empañado la atracción que las mujeres sienten hacia él. Julian sabe que podría casarse con cualquiera de ellas, la que él escogiese. Pero su corazón, tan esquivo hasta ahora, está empezando a ser tentado por la única mujer que nunca podrá poseer: Claudia Whitney, la joven que ya conquistó las atenciones de Phillip. ¿Cómo podría Julian seducir a la admiradora de su amigo muerto?

La muerte de Phillip en un duelo ha roto para siempre la alegría del grupo de amigos que todos conocían en Londres como “Los libertinos de Regent Street”.

Uno de ellos, el atractivo y jovial Arthur, no puede evitar sentirse responsable por no haber evitado una tragedia tan absurda. Lo menos que puede hacer es viajar a Escocia y poner en orden los asuntos del difunto, especialmente la expropiación de unas tierras cuyo pago no se ha cumplido.

En esa tierra agreste y hermosa conoce a Kerry McKinnon, una joven e independiente viuda de la cual pronto queda perdidamente enamorado. Pero una terrible sombra se cierne sobre este recién nacido amor, cuando Arthur descubre que Kerry es, precisamente, la persona a la que debe dejar sin tierra ni hogar.

Sophie había cometido un pecado difícil de perdonar en su época: dejó a su marido, huyó al extranjero y obtuvo el divorcio gracias a las influencias de su hermano.
Tras ocho años viajando por toda Europa al servicio de Miss Honorine, se ve obligada a regresar a Londres e intenta recuperar su lugar en los círculos sociales. Las cenizas del escándalo aún están calientes, pero lo que no puede sospechar es que se le complicarán más las cosas con la aparición de un hombre, atractivo, audaz y poco recomendable para cualquier señorita sensata. ¿Supondrá este amor una nueva equivocación, o la respuesta a sus deseos más íntimos?

¿Sería capaz la alta sociedad de perdonarle su escandalosa huida de Inglaterra? Sophie se debate entre el miedo al rechazo y el deseo de ser aceptada de nuevo en su querido Londres natal. Su familia insiste en que lo más conveniente para ella sería acceder a las proposiciones de Trevor Hamilton, el soltero más cotizado de la ciudad, que parece haberse enamorado de ella. Pero el corazón de Sophie está cautivo de otra pasión arrebatadora. Un amor secreto que es, precisamente, lo menos aconsejable en su situación.

Caleb es un ejemplar atípico en los ambientes exquisitos de Londres: honesto, sincero, seguro de sí mismo, no encaja en los esquemas de la aristocracia. Se rumorea que es el hijo ilegítimo de sir Hamilton y, además, se dedica a invertir en ese extraño nuevo invento, el ferrocarril. Cuando conoce a Sophie, siente por ella un deseo inmediato y arrollador. Pero Caleb sabe que un hombre como él nunca será aceptado en la sociedad de la que Sophie intenta desesperadamente formar parte

La historia comienza en un barco cuando los protagonistas, Michael y Abigail, tienen 19 y 9 años respectivamente y ella no hace más que chinchar al pobre chico con una espada de madera y jugando a ser una pirata hasta que él se harta y la rompe la muñeca que lleva a toda spartes, haciendo que ella deje de molestarle hasta que su padre la deja en un colegio de monjas  . Pasan 12 años y vemos como durante ese tiempo el padre le ha hablado a Abby maravillas de Michael, su futuro prometido y de cómo él siempre ha estado deseosa de verla y casarse con ella :sí:Pero tras recorrer miles de kilómetros desde América y llegar a la casa de él tras una experiencia bastante pintoresca en una taberna con partida de dardos incluida y el amigo de Michael en un segundo plano por si todo se desmadra la prota llega a la mansión y la recibe un Michael completamente diferente a como ella esperaba y con una propuesta de la que ella no tenía ni idea que decir que en ese momento me dieron ganas de ir a por el padre de ella y darle de tortas hasta que me cansara mira que mentirla durante todo este tiempo, cuando prácticamente obligó a Michael a casarse cuando él no quería para no perder todo lo que había conseguido   vale que quería dejar a su hija protegida, pero leñe, que a jugado con los sentimientos de los dos.

Y sobre Michael, decir que, aunque también hay momentos en los que me dan ganas de darle, también entiendo que para él no ha sido nada fácil todo lo que ha tenido que pasar por culpa de su padre y de la sociedad y que sentir una soga alrededor de su cuello, debido a ese matrimonio forzado, haya actuado un poco rudo con ella u_uºeso sí, ese affair con la amante estando ya casado y porque no quería caer en las redes de la prota me ha sentado como una patada por mucho que no haya disfrutado y haya cortado después .

Abigail me ha parecido una protagonista bastante buena y que no se deja amedrentar por Michael no por las circunstancias, y me ha gustado mucho que gracias a su carácter y desparpajo haya hecho que la casa cambiara por completo y acabara enamorando a Michael aunque a ver ahora que pasa, que no me fio nada del primo y ese intento de asesinato cuando ellos estaban en el campo no me gusta nada, todo apunta a que él está detras



Me llego cuando acaban de consumar el matrimonio y ya Michael se ha dado cuenta de que está enamorado de ella   supongo que ahora vendrán los malentendidos y los problemas para la pareja

Entiendo que Michael sospechara de ella en un primer momento cuando no la conocía y pensaba que era una estafadora comos u padre, pero después de estar con ella por más de tres meses, que sospeche que ella junto con su primo han sido los responsables de la estafa sin nisiquiera poner en duda su participación primero y dándolo por hecho porque le escondió quién era, me ha parecido muy mal por parte de Michael sobre todo por todo lo que la ha hecho sufrir ese tiempo
Al igual que el primo, me da igual que al final haya visto que ha destrozado a su prima y su matrimonio, no se merecía a mi entender, un final tan bueno como el que tuvo sin apenas sufrir y con su momento de gloria al matar al responsable de todo, del que aplaudí su muerte

Lo dicho, Michael me ha parecido un idiota en muchas ocasiones y aunque al final se redime, no me ha gustado como ha llevado las cosas (y me ha encantado que la porta le haya hecho sufrir para volver a tenerla a su lado, aunque para mi gusto le ha perdonado muy rápido )

La pérdida del niño me ha parecido super triste   y el epílogo me ha parecido precioso

Claro, es que la primera escena, con lo de los piratas y la muñeca, etc....es bastante peculiar

De momento el principio ha sido prometedor, la manera de conocerse me ha parecido original con el cerdo, la valla y Alex ahí mediando También el hecho de que ella venga de Baviera me ha dejado Lauren, parece maja y Alex, aunque de momento es un poquito arrogante, también Se acaban de dar un morreo en un carruaje que les ha dejado a los dos

Hay varias cosas mosqueantes: el hermano de ella jugador, el tío Ethan que es un petardo y la prometida de él, que es una mosquita muerta pero no me fío

Pues ellos están en la ópera y se han prometido pasarlo bien esta noche, sin deberes...Como dije, la novia de Alex es una mosquita muerta bastante lista Aunque me da un poco de pena, la mujer: lo mejor que podría hacer Alex es decirle que no la quiere y que está por los huesos de Lauren. Que se case ella con el actual conde de Bergen

Ya veréis cuando Alex descubra que su viuda es casta y pura como la nieve recién caída

Vale que él es un poco cabr*n con ella al principio y por su culpa se me han saltado las lágrimas un par de veces pero ahora parece que ha rectificado y ya se porta mejor.