4 Estrellas. No es el primer libro que leo de Christine Merrill y no será el último. Lo he leído en un momento muy delicado, en que no puedo dedicar a la lectura tanto como me gustaría, pero la verdad es que para estos momentos suelo leer libros tipo Harlequin, por eso éste fue el libro elegido para la ocasión, algo bueno y entretenido, que no me permita pensar mucho.

“Una relación peligrosa” nos traslada a la Inglaterra de la Regencia, donde encontramos una historia bastante típica, pero con mucho encanto. La protagonista, Constance, es una duquesa viuda a la que acosan las deudas, debido a que su sobrino el actual duque no vale más que para derrochar y no le da nada a ella, pese a lo estipulado por su marido en el testamento. Constance apenas puede mantener su ritmo de vida y su casa, lo único a lo que puede aspirar es a casarse de nuevo, pero ya ha estado casada y no fue la mejor experiencia del mundo, sobre todo porque no pudo darle hijos a su esposo, así que ¿Qué hombre querría a una mujer viuda que no puede tener hijos? Con ese pedigrí sólo se le acercan los canallas, y Lord Barton es uno de ellos.

Anthony Smith, nuestro adorable protagonista es un ladrón y un espía. De buena familia aunque plebeyo y sin dinero, se dio cuenta de que necesitaba un trabajo y el sacerdocio no era lo suyo. Ahora trabaja para el gobierno y su jefe le ha encomendado una misión muy delicada: se sospecha que Lord Barton es un traidor y está falsificando dinero, Anthony debe investigarle, pero no estaría de más que primero acudiera a registrar la casa de Constance, de quien se sospecha, es la amante de Lord Barton.

Anthony y Constance se conocen desde niños, eran vecinos, pero por entonces Anthony era un niño tímido y empollón y nunca fue capaz de decirle nada, por su timidez e inseguridad, la dejó escapar, y siempre acunó la esperanza de que si el destino era benévolo con él, algún día la conseguiría. Constance por su parte, olvidó a Anthony cuando se fue del hogar familiar, así que cuando se encuentra a un ladrón en sus aposentos, no reconoce al niño de su infancia, si no a un noble ladrón seductor, que no se ha llevado nada, salvo un beso de ella, y ha desaparecido por la ventana.

A partir de ahí, Anthony y Constance volverán a encontrarse, él porque debe seguir con su trabajo investigando a Lord Barton, y ella porque está siendo chantajeada por este. Constance no quiere ni desea las atenciones de Lord Barton, es indigno y rastrero y no parará de chantajearla, manipularla o asustarla, hasta que se convierta en su amante. Su situación será tan difícil y complicada, que no la queda más remedio que obedecer a lo que diga Lord Barton, pero Anthony hará acto de presencia siempre que pueda, para salvar a su dama.

Así es como tenemos una trama de mujer en apuros, que necesita un noble caballero de brillante armadura para que la rescate. Porque en el fondo es eso, Constance es una mujer desesperada que sólo quiere seguridad en su vida y Anthony estará ahí para salvarla. Si he de ser sincera, diré que Anthony me ha encantado, adoro las novelas donde los protagonistas se conocen desde niños y él siempre la ha amado. Tony es un primor, tan tierno y bueno con Constance que los ojos se me hacían chiribitas cada vez que salía.

Pero también voy a ser realista, estamos ante una novela de Harlequin Internacional y es todo lo que vamos a tener, una novela bonita y entretenida, que se lee muy fácil y rápido porque es cortita, pero que no ofrece mucho más. Los protagonistas en general me han gustado, sobre todo Tony y su sirviente Patrick, pero también Tony es del tipo protagonista MacGyver, es perfecto y sabe hacer de todo, todo le sale bien y a otra cosa. Lo admito, verosímil no es, pero no ha hecho que lo disfrute menos.

En general ha sido una buena historia y estoy segura de que más adelante volveré a leer algo más de Christine Merrill.